Las 8 mejores actividades al aire libre en Pekín

Pekín es una ciudad que combina modernidad y tradición en cada rincón. Sus templos milenarios, palacios imperiales y parques históricos la convierten en un destino ideal para explorar al aire libre. El clima varía mucho según la época del año: los inviernos son fríos y secos, mientras que los veranos pueden ser calurosos y húmedos, por lo que la primavera y el otoño son las mejores estaciones para recorrer la ciudad.

Si quieres disfrutar de Pekín sin prisas y en contacto con su cultura, aquí tienes algunas actividades perfectas para hacer al aire libre.

No se puede hablar de actividades al aire libre en Pekín sin mencionar la Gran Muralla China. Este coloso de piedra se extiende por miles de kilómetros y es uno de los mayores símbolos de la historia china. A solo unas horas de la ciudad, puedes visitar secciones como Badaling, Mutianyu o Jinshanling, cada una con paisajes únicos y menos aglomeraciones que otras zonas más turísticas.

Caminar sobre esta estructura milenaria es una experiencia impresionante, no solo por su valor histórico, sino también por las increíbles vistas panorámicas que ofrece. Si te gusta el senderismo, algunas secciones permiten hacer rutas más largas y aventureras a través de los valles y montañas.

El corazón de Pekín es la Ciudad Prohibida, un complejo palaciego que durante siglos estuvo reservado solo para el emperador y su corte. Hoy, este laberinto de pabellones, patios y jardines es una de las mayores joyas arquitectónicas de China y un lugar imprescindible para recorrer con calma.

Un tour guiado te ayudará a entender la historia detrás de cada detalle, desde los salones imperiales hasta los intrincados tejados dorados. Además, cerca de la Ciudad Prohibida se encuentra el Parque Jingshan, donde puedes subir a lo alto de una colina y obtener una vista panorámica espectacular de todo el complejo.

Justo frente a la Ciudad Prohibida se encuentra la Plaza de Tiananmén, la más grande del mundo y un lugar cargado de historia. Aquí se pueden ver monumentos como el Mausoleo de Mao Zedong, el Gran Salón del Pueblo y el Monumento a los Héroes del Pueblo, símbolos del pasado y el presente de China.

Pasear por esta plaza es sentir la magnitud de la historia del país y observar la vida diaria de Pekín. Además, si madrugas, puedes presenciar la solemne ceremonia del izado de la bandera, un momento especial lleno de simbolismo.

El Templo del Cielo no solo es una de las estructuras más impresionantes de Pekín, sino que está rodeado de un enorme parque donde los locales practican tai chi, juegan al bádminton y disfrutan del aire libre.

Puedes unirte a las actividades que se organizan por la mañana, como clases de danza o ejercicios de meditación, o simplemente pasear por sus caminos arbolados. La armonía entre la arquitectura imperial y la naturaleza lo convierten en uno de los lugares más tranquilos de la ciudad.

Los hutongs son los callejones tradicionales de Pekín, llenos de casas antiguas, patios escondidos y pequeños templos. Recorrerlos en bicicleta es una de las mejores formas de sumergirse en la vida cotidiana de la ciudad y descubrir rincones que pasan desapercibidos para la mayoría de los turistas.

Zonas como Nanluoguxiang ofrecen un ambiente vibrante con cafeterías, tiendas de artesanía y restaurantes locales donde puedes probar dumplings o el famoso pato laqueado. Si prefieres una experiencia más auténtica, dirígete a los hutongs menos turísticos y déjate perder entre sus calles estrechas.

El Palacio de Verano es un oasis de tranquilidad a las afueras de Pekín. Este enorme complejo de jardines, pabellones y lagos fue diseñado como un refugio para la familia imperial durante los meses calurosos, y hoy es uno de los lugares más bellos para pasear al aire libre.

Puedes recorrer los senderos que bordean el Lago Kunming, cruzar el famoso Puente de los Diecisiete Arcos o subir a la Colina de la Longevidad para tener una vista panorámica espectacular. Si buscas un plan relajado lejos del bullicio de la ciudad, este es el lugar perfecto.

El Parque Olímpico de Pekín es una parada interesante para los amantes del deporte y la arquitectura moderna. Aquí se encuentran el Nido de Pájaro, el imponente estadio de los Juegos Olímpicos de 2008, y el Cubo de Agua, el centro acuático donde se batieron múltiples récords.

El parque es un buen lugar para caminar, correr o simplemente disfrutar del ambiente. Por la noche, las estructuras se iluminan y crean un espectáculo visual impresionante, ideal para un paseo después de un día de exploración.

No hay mejor forma de cerrar un día en Pekín que con una visita a uno de sus mercados nocturnos. Lugares como Wangfujing o Donghuamen (aunque este último ha cerrado, hay otras alternativas) son perfectos para probar platos típicos como brochetas de cordero, dumplings al vapor o el famoso tofu apestoso.

Además de la comida, los mercados nocturnos ofrecen un ambiente animado, con luces de neón, música callejera y puestos de souvenirs. Es una experiencia sensorial que combina sabores, olores y sonidos, haciendo que cada paseo sea una aventura en sí misma.