El Cairo en 1 día: lo que no te puedes perder

Egipto es un país fascinante, aquí gobernaron faraones, sultanes, romanos y británico aunque el listado podría ser más largo. Cada dominación ha dejado una huella característica tanto en el aspecto de las ciudades así como en la cultura del pueblo. Nuestra ruta empieza en la Ciudadela de Saladino y concluye en un barco. Sigue leyendo y descubre las demás etapas

La Ciudadela de Saladino (Qalaat Salāḥ ad-Dīn) fue construida en el siglo XII para proteger a El Cairo de posibles ataques de los Cruzados. Estratégicamente ubicada en un promontorio a los pies de la colina Mokattam, domina la ciudad y es muy difícil de conquistar. De sus muros se goza de **un incomparable panorama sobre la metrópoli, el desierto y las pirámides de Giza.

Este gigantesco recinto ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y alberga unos monumentos que no te puedes perder:

• Mezquita de Mehmet Alí Pasha o Mezquita de Alabastro. Es famosa por sus altos y esbeltos minaretes, el gran púlpito de mármol y las más de 136 vidrieras de las cúpulas. La bóveda interior es maravillosa y de alguna manera recuerda a las mezquitas de Estambul. No por nada es el lugar de culto más visitado del país
• Al-Gawhara, una joya olvidada. El Palacio se compone de salones, habitaciones y cámaras. Las paredes y los techos están decorados con adornos dorados de estilo barroco con motivos repetidos y escenas naturales. Lo que más destaca es el salón del trono ricamente decorado donde el sultán Mohamed Ali recibía los invitados
• Mezquita de Al-Nasir Muhammad, la mezquita real. Bajo su techo, los sultanes realizaban sus oraciones de los viernes. Es una construcción austera que ampara un patio rectangular con un santuario en el lado de la qibla (el lugar hacia donde rezan los musulmanes) y rodeado por arcadas
• Mezquita de Sulayman Pasha, la primera mezquita construida por los otomanos. Es de dimensiones reducidas y está rodeada por un recinto ajardinado. Verás pinturas florales, inscripciones coloridas y elegantes revestimiento en mármol
• Museo militar egipcio. Sus alas recorren la historia de los ejércitos desde la época de los faraones hasta el presente. Verás piezas de artillería, cuadros bélicos, tanques israelíes de la guerra de Yom Kippur y una exposición sobre la operación militar en Egipto durante la Segunda Guerra Mundial

Khan el-Khalili es un famoso bazar en el corazón de El Cairo. Está cerca de la Ciudadela de Saladino y es el lugar perfecto para encontrar el recuerdo ideal. Antes de lanzarte a comprar, ten a mente estos tres consejos: regatea siempre, lleva efectivo y no entres en todas las tiendas. Para ayudarte a escoger, hemos recopilado algunas mercancías disponibles:

• Joyas de oro
• Estatuillas de Bastet, el típico souvenir egipcio. En la época de los faraones, Bastet era la diosa de la guerra y la fertilidad. Tenía aspecto felino y el gato era su animal tótem. Encontrarás un sinfín de figuras de alabastro o granito, el precio depende del material utilizado
• Artículos de cuero
• Especias. Lo más típico es el dukkah, una mezcla de tomillo, ajo, menta y avellanas pulverizadas. Se utiliza para aromatizar las carnes y el pescado. Otro ingrediente característico es el hibisco. Con sus flores secadas al sol se elabora la infusión nacional: el karkade o bissap. Podrás comprar también comino negro (el "oro de los faraones"), anís, cilantro, hojas de laurel o tahini, una pasta espesa a base de sésamo molido
• Réplicas de manuscritos y pinturas en papiro
• Khayamiya, apliques textiles cosidos a mano
• Cachimba, un clásico de Egipto y del mundo musulmán. Paseando por las calles de El Cairo no es infrecuente ver a los locales compartiendo una shisha. En el mercado encontrarás centenares de coloridos artefactos, tabacos aromáticos, kit de limpieza y boquillas extra
• Plata, cobre y latón

El mercado se construyó sobre el antiguo lugar de enterramiento de los califas fatimíes. En el siglo XIV era un caravasar (una posada destinada a las caravanas) y creció hasta convertirse en un complejo comercial de gran importancia. En la actualidad es un laberinto de callejones muy sugestivos. Recorrer Khan Al Khalili te llevará un tiempo pero te aseguro que vale la pena.

Encontrar la ganga perfecta resta fuerzas pero no faltan opciones para recuperar las energías. La más recomendable se encuentra en el mismo mercado: El Fishawi, una cafetería histórica inaugurada en 1979. Cuando Napoleón Bonaparte invadió Egipto, el establecimiento ya servía té y karkade. Está dividido en tres partes: el-Bosfor (el salón dedicado al Rey Farouk, está decorado con muebles deébano y antigüedades de plata y cristal), The Masterpiece (ornamentado con conchas, marfil y arabescos) y Rhyme, la zona dedicada a los concursos de rimas que se celebran durante el Ramadán. Abre las 24 horas del día de lunes a domingo.

Las especialidades de Egipto incluyen hawawshi (una pita crujientes rellena de carne, cebollas, pimientos picantes y hierbas picadas), fattah (carne de res o cordero hervida, sazonada y servida sobre una cama de arroz y pan de pita tostado. Se suele acompañar con una salsa de tomate y ajo) o mulukhiyah, hojas hervidas de yute blanco y otras plantas. Se mezcla con caldo de pollo hasta alcanzar la espesura ideal y se sirve con arroz y trozos de carne.

Si viajas al Cairo en enero te recomiendo pedir Hommos El Sham o halabessa, una sopa picante de tomate con garbanzos, ajo y cebolla, servida caliente y con una guarnición de comino, chile y limón. Aunque las temperaturas son más suaves si comparadas con las de la península, enero es el mes más frío y un plato caliente siempre viene bien.

Con el estómago lleno puedes dirigirte hacia la principal atracción de El Cairo: las pirámides. Estos testigos de la época de los faraones se hallan en Giza, un suburbio de la capital en la orilla occidental del Nilo. Ya que te quedas un solo día, no podrás realizar el recorrido completo. Una visita exhaustiva al complejo te llevaría unas ocho horas. Sin embargo, merece la pena acercarse para ver de cerca estos monumentos milenarios.

El complejo arqueológico se compone de las pirámides de Keops, Micerino y de las reinas, unas necrópolis, el Templo del Valle y la Gran Esfinge. Aquí podrás sacar unas fotos impresionantes, sobre todo si te alejas un poco y subes en los cerros cercanos. Otra opción es desde lo alto de un camello. En los alrededores encontrarás decenas de personas que ofrecen unas vueltas a estos plácidos animales.

Para terminar el día con estilo te recomiendo reservar un crucero al atardecer. En Egipto, una experiencia tradicional conlleva un trayecto en falúa, una pequeña embarcación de una o dos velas de forma triangular. Los cruceros salen de distintos puntos de la ciudad, Giza incluida. Puedes escoger entre varias opciones; las que se ajustan a tu plan duran entre una y dos horas y a menudo incluyen una cena y/o un espectáculo de danza del vientre.

La capital de Egipto es enorme y muy poblada. Como todas las grandes urbes, el medio de transporte más rápido es el metro. La red subterránea consta de tres líneas (roja, amarilla y verde) y transporta cada día a miles de viajeros. El primer coche sale a las 5:15 mientras que el último parte a las 00:30. Si tengo que ser sincero, es la opción más rápida pero no la más cómoda: los vagones suelen estar abarrotados y podrías cruzarte con unos carteristas.

Si es posible, te recomiendo evitar los taxis – suele hinchar sus tarifas si transportan turistas – y escoger en su Uber o Careem, un app local. Otras opciones son los buses públicos, los minibuses privado y los ferrys que cruzan el Nilo. Si buscas como desplazarte entre el aeródromo y tu hotel, te recomiendo leer el post sobre los desplazamientos entre el aeropuerto y la ciudad.

Depende, si te apasiona el antiguo Egipto o el arte islámico, un día no es suficiente. En este caso deberías dedicar a E Cairo por lo menos tres días. Sin embargo, si El Cairo es parte de una ruta más extensa que toca, por ejemplo, Alejandría y la costa mediterránea, Luxor o las localidades del Mar Rojo, 24 horas te darán la oportunidad de ver las atracciones más destacadas. Esto sí, deberás despertarte temprano para aprovechar el día.