Las 10 mejores obras de Gaudí en Barcelona

Si hay algo que no puede faltar cuando planifiques qué ver y hacer en Barcelona son las obras de Gaudí. El genial arquitecto dejó su huella en gran parte de la ciudad y no cabe duda de que visitar sus mejores creaciones es totalmente imprescindible en una visita a la capital catalana.

La Pedrera y el Park Güell son solo dos de las tantas obras llevadas a cabo por el arquitecto de Reus. La capital catalana hospeda un buen número de trabajos y nuestro artículo te devela las mejores diez. La primera se encuentra a pocos metros de Las Ramblas, la calle más famosa de Barcelona

Cuando Gaudí estaba trabajando en las obras del Parc de la Ciutadela – no como arquitecto principal sino como ayudante – el ayuntamiento de la ciudad se fijó en él. Este joven talentoso merecía una oportunidad que se concretiza con el encargo del alumbrado público de dos explanadas urbanas: Plaça Reial y Pla del Palau. En la actualidad sobreviven sólo las primeras farolas que se entremezclan entre la fuente y las palmeras.

Las farolas se caracterizan por elementos como el medallón de hierro con motivos florales y el escudo de Barcelona. La plaza se encuentra en el barrio gótico y hospeda dos salas de conciertos míticas de la ciudad: Sidecar y Jamboree.

Fue el último edificio residencial construido por Gaudí. El cliente era Pere Milà, un joven y exitoso hombre de negocios entregado a las novedades. Fue el primero en circular en coche por Barcelona y su figura merecería un capítulo aparte. Al acabar las obras, él y su mujer Roser Segimon se instalaron en el piso principal y alquilaron los restantes.

La fachada de piedra caliza tallada en bruto fue construida con rocas del Macizo del Garraf y de Vilafranca del Penedès, ambos al sur de Barcelona. Gaudí las moldeó como si se tratara de un acantilado y añadió las chimeneas espanta bruixes (asustadores de brujas), balcones con decoraciones en hierro y otros detalles artísticos. Desde fuera podrás apreciar el acceso principal amparado por una gran puerta de hierro.

El interior es igual de impresionante. El Piso de la Pedrera de la cuarta planta alberga una exposición permanente que recrea una vivienda de una familia barcelonesa de principios del siglo XX. Te recomiendo reservar las entradas con antelación, es una atracción muy concurrida y es preferible evitar colas o posibles decepciones.

La zona más alta del barrio de Grácia custodia uno de los tesoros de Barcelona: Park Güell. Pocas ciudades pueden presumir de tener un área verde tan sugestiva. Senderos, esculturas de trencadís, columnados y otros detalles típicos del arquitecto de Reus quedan envueltos en la vegetación, un detalle que se aprecia en verano. El origen de este espacio urbano se debe al acaudalado empresario Eusebi Güell, un nombre que vas a leer otra vez a lo largo del post.

Desde su mirador se aprecia una de las mejores vistas de la ciudad. Es una típica imagen de la ciudad: la pintoresca Casa del Guarda en primer plano con el skyline de la capital y el Mediterráneo en el fondo.

Al estar ubicado en una colina, las calles son bastante empinadas. Por suerte unas escaleras mecánicas conectan la Baixada de la Glòria (cerca del metro Vallcarca, línea 3) y la Avinguda del Santuari de Sant Josep de la Muntanya, una calle a pocos metros de la entrada.

Es el ícono de Barcelona y el monumento más visitado de la ciudad. Gaudí empezó a trabajar en las obras en 1883 y no llegó a ver nunca el final de los trabajos. En realidad la basílica se sigue construyendo y cuando esté acabada será la más alta del mundo.

Tal vez no sepas que Gaudí tomó el relevo al arquitecto Francisco de Paula del Villar que había recibido el encargo unos años antes. Su proyecto diseñaba un templo neogótico de corte más clásico.

Desde fuera, lo que más destaca son las torres decoradas con escenas del nacimiento de Jesús, de la pasión, muerte y resurrección. Dos de estas atalayas – la Torre de la Pasión y la de la Navidad – cuentan con unos ascensores que llegan hasta el punto panorámico. Desde aquí se disfruta de una maravillosa vista sobre la ciudad, la costa y la Sierra de Collserrola.

Si quieres descubrir qué se oculta en su interior, te recomiendo leer el artículo dedicado.

Nadie puede quedar indiferente frente a su fachada. Cuando Gaudí recibió el encargo de D. Josep Batlló y Casanovas pudo dar riendas sueltas a su imaginación. Es una residencia sorprendente que según la teoría más aceptada rinde homenaje a la leyenda de Sant Jordi (San Jorge). Si miras hacia arriba verás una cubierta decorada con tejas azules, verdes y rojizas; cuando el sol la ilumina se parece aún más a un dragón.

Reservar una entrada te dará la oportunidad de recorrer su interior. El primer ambiente que verás es el vestíbulo, un espacio acogedor que evoca el mundo marino. Otro punto mágico es el Patio de luces con sus azulejos de distintos tonos de azules. En Casa Batlló todo es cuidado hasta los mínimos detalles, desde la Planta Noble hasta el desván. Para decorar los ambientes Gaudí involucró a los mejores artesanos de la época y el resultado te dejará sin aliento.

Se encuentra en el número 43 del Passeig de Gràcia a escasa distancia de otras maravillas modernistas. A su lado se levanta la extravagante Casa Amatller de Josep Puig i Cadafalch. La avenida hospeda también la famosa Pedrera.

Son los jardines del palacio de veraneo del empresario Eusebi Güell. Se encuentran a lado del Palacio Real de Pedralbes y a unos quince minutos andando del Camp Nou. En la entrada principal destaca la espectacular reja de forja que representa el mito de Ladón, un dragón que fue derrotado por Hércules.

Esta obra de Gaudí es la excusa perfecta para acercarse a Sarrià – Sant Gervasi, un distrito residencial que queda fuera de las rutas turísticas tradicionales. Sin embargo merece la pena dar un paseo por sus calles; además de la Torre Bellesguard alberga elegantes plazas, las residencias modernistas de Avenida Tibidabo y Foix, una de las mejores pastelerías de la ciudad.

Volvamos a lo nuestro, la Torre Bellesguard es un edificio de estilo neomedieval que se levanta sobre los cimientos de un antiguo castillo.

Gaudí restauró la construcción original, recuperó las murallas externas e añadió los detalles típico de su creatividad como el pináculo de cuatro puntas que embellece la atalaya, los revestimientos en piedras de pizarra o los trencadís, mosaicos realizados con fragmentos irregulares de cerámica y unidos con argamasa.

Algunos fines de semana, a los pies de esta magnífica construcción se organiza Bcn en las alturas, un mercadillo dedicado a moda, decoración, arte y gastronomía. Los billetes cuestan alrededor de 5 € mientras que el horario va de 11:00 a 22:30 (viernes, sábado y domingo).

A pocos metros de Las Ramblas se encuentra una joya escondida del Modernismo: Palau Güell. Fue ultimado en el 1890 y representa el cenit de la etapa juvenil de Gaudí.

El arquitecto aprovechó la ocasión para probar nuevas soluciones y adoptar aquellas características que le habrían hecho famoso. Por ejemplo, 20 chimeneas sobresalen del edificio y todas están decoradas con el típico trencadís.

Palau Güell es el único edificio que Gaudí pudo acabar, todo un logro si se considera la génesis de la Sagrada Familia. El genio de Reus adaptó la residencia al entorno; al ser ubicado en una callejuela del barrio del Raval el exterior no es muy ostentoso mientras que el interior destaca por su elegancia y magnificencia.

Se encuentra en Carrer Nou de la Rambla 3/5 y abre de 10:00 a 20:00 (de abril a octubre) y de 10:00 a 17:30 (de noviembre a marzo).

Un castillete modernista en el corazón de Grácia. Fue la primera obra de una cierta envergadura del arquitecto de Reus que la construyó a finales del siglo XIX por encargo de Manuel Vicens i Montaner.

Gaudí se inspiró en la naturaleza y proyectó una residencia decorada con flores y motivos botánicos. Desde 2017 la Casa Vicens se ha convertido en una casa museo. Si viajas en primavera es aún más recomendable ya que está rodeada por un bonito jardín.

Desde lejos, este colegio en el barrio de Sarriá – Sant Gervasi se parece a un edificio a mitad de camino entre una kasbah marroquí y un palacete gótico. Será por las palmeras del jardín o tal vez por los ladrillos rojizos que conforman su fachada austera, lo que es cierto es que tiene un aspecto exótico y a la vez fascinante.

Gaudí diseñó esta estructura para albergar un colegio y la casa de la orden de Santa Teresa. Desafortunadamente no se puede visitar ya que sigue siendo una escuela.

¡Claro! El elenco de arriba se limita a enumerar las mejores. Una de las obras más tradicionales y a menudo olvidada es Casa Calvet. Fue encargada por el empresario textil homónimo que quería una nueva sede para su negocio así como por la residencia familiar. Su fachada puede parecer clásica y sin embargo cuenta con unos típicos elementos Art Nouveau.

En la actualidad, la planta baja hospeda China Crown, un restaurante especializado en la comida imperial de China.

Otros hitos son la Fuente de Hércules (no se supo nada de ella hasta 1984. Se halla en los jardines del palacio de Pedralbes), el mosaico de la Iglesia de Sant Pacià (en el distrito de San Andreu) y el Portal Miralles, una entrada monumental en el barrio de Sarriá.

¡Claro que sí! Era un arquitecto muy famoso y sus trabajos no se limitan a la Ciudad Condal. Si tienes pensado quedarte en Barcelona más tres días puedes aprovechar la ocasión para explorar sus alrededores. El siguiente listado reúne los destinos que llevan la firma del genio catalán:

• Colonia Güell, un conjunto que reúne una fábrica textil, las viviendas de los trabajadores, un colegio, la casa del médico y una iglesia conocida como Cripta Gaudí. Se encuentra en Santa Coloma de Cervelló, un pueblo a escasa distancia de Barcelona. Eusebi Güell decidió desplazar la empresa aquí para evitar la propagación de las ideas sindicales que estaban provocando muchas huelgas en la Ciudad Condal. Puedes llegar con la línea 8 del metro. Deberás bajar en la parada Molí Nou – Ciutat Cooperativa y caminar por unos minutos
• Jardines Artigas. Este destino te llevará a La Pobla de Lillet, un municipio rodeado de montañas. En el área verde, el río Llobregat se mezcla con los puentes y senderos diseñados por el arquitecto de Reus. Para llegar deberás tomar un autobús de Alsa o bien alquilar un coche
• Nau Gaudí, el primer proyecto del arquitecto. A finales del siglo XIX, el empresario Salvador Pagés le encargó la construcción del recinto fabril de la Sociedad Cooperativa Obrera Mataronense. Solo dos edificios sobrevivieron al paso de los años: la nave destinada al blanqueo de algodón y el pabellón de las letrinas

Si viajas en verano, tal vez te apetezca visitar una pieza arquitectónica en la Costa Dorada. Entre Sitges y Castelldefels se levantan las Bodegas Güell, una de las tantas obras comisionadas por el empresario homónimo.

Desde fuera, esta construcción de piedra se parece a un castillo de la Edad Media. Su particularidad reside en la cubierta de piedra; no se trata de un simple techo sino de una pared que envuelve las bodegas. En la actualidad hospeda un restaurante.