Qué ver en el interior de La Pedrera de Barcelona
Restaurada y abierta al público desde el 1996 La Pedrera ha pasado a convertirse en una de las obras más queridas de la ciudad y en uno de los mejores símbolos de la arquitectura barcelonesa. Si quieres saber más sobre ella ¡sigue leyendo!
Considerado por los expertos como el edificio de arquitectura civil más emblemático de Antonio Gaudí, un recorrido por el interior de esta importante obra resulta vital para comprender la evolución del importante arquitecto Barcelonés, además de las mejores actividades para hacer en Barcelona.
Gaudí construyó La Casa Milá (nombre real del edificio) a la edad de 57 años entre el 1906 y 1912, siendo la última obra que conseguiría concluir antes de su fallecimiento. Obras como La Sagrada Familia quedaron inconclusas con su muerte.
Entonces, si ya tienes tus entradas a la Pedrera seguro te preguntarás: ¿Qué tiene de maravilloso este edificio? ¿A qué debería prestar atención cuando decida conocerlo? A continuación te doy todos los detalles de la que es, posiblemente, mi obra favorita en toda la ciudad. ¡Espero que la disfrutes!
1. Los Vestíbulos de acceso
La Casa Milá se ubica en un terreno de esquina por lo que cuenta con dos accesos principales uno por la calle Paseo de la Gracia y el otro directamente en el característico chaflán que forman las esquinas de las calles de Barcelona. Los vestíbulos son amplios y llenos de luz gracias a la presencia de ventanas, una puerta principal en hierro y cristal pero sobre todo a la luz que se cuela desde los patios interiores.
Los dos vestíbulos de La Pedrera funcionan como punto de conexión para todas las estancias del conjunto. Las majestuosas escaleras conectan directamente con el piso principal pensado en sus inicios como la vivienda de los propietarios, los señores Milá. La conexión al resto de apartamentos y a la azotea se consigue a través de los ascensores. Gaudí concibió el ascensor como el elemento principal de comunicación vertical colocando unas escaleras adicionales para uso principalmente del servicio.
2. La corona del edificio: la terrazas azotea
La terraza de la azotea de la Casa Milá no se parece a nada que hayas visto jamás. En este lugar Gaudí concibió un espacio abierto sacado de una novela de fantasía . El poeta español Pere Gimferrer describió este lugar como “el jardín de los guerreros” debido a las 28 chimeneas y cuyas formas curvas no se parecen en nada a las chimeneas convencionales sino que más bien se asemejan a imponentes guerreros enmascarados.
En la azotea los pisos de camino ondulado, dan paso a escalones y desniveles por lo que durante el recorrido recomiendo poner muchas atención a tus pies, aunque esto resulta difícil pues allá donde mires te toparás con detalles escultóricos y arquitectónicos que cautivarán toda tu atención.
Además de los caminos sinuosos, miles de piezas de mármol roto y baldosas de Valencia sirven para cubrir varias de las esculturas chimeneas porque durante la noche la azotea se ilumina de forma espectacular con el encendido de las luces del techo.
Como si todo esto fuera poco, desde la fabulosa terraza se obtienen algunas de las mejores vistas de Barcelona.
3. El ático de la ballena y la exposición Gaudí
Muchos podrían pensar si es interesante o no visitar el ático de un edificio, pero cuando se habla de un edificio de Gaudí la respuesta siempre será positiva. Bautizado como el ático de la ballena, en el plan inicial de Gaudí este espacio se concibió para albergar las estancias de servicio y lavandería del edificio. Sin embargo, un área de servicio no es sinónimo de un espacio relegado o de segunda categoría, sino todo lo contrario.
Actualmente el espacio del ático sirve como museo por lo que además de admirar la estructura, podrás disfrutar de la colección Espai Gaudídedicada enteramente a la obra del arquitecto. Aquí podrás encontrar decenas de modelos y planos de sus obras más famosas así como también espectaculares modelos de yeso hechos a escala para estudiar la fachada y la estructura de La Casa Milá.
4. El sistema de patios y su carga conceptual
El sistema de patios interiores creado por Gaudí sirvió como una solución arquitectónica bastante ingeniosa que ayudó a resolver el problema de ventilación e iluminación de los bloques de edificios independientes. Dos patios interiores, uno más pequeño y otro de mayores proporcionanes, se elevan desde el nivel la planta baja directamente hasta la cubierta. Entrar a estos espacios y elevar la vista hacia el cielo es un deleite para los sentidos; veamos la cualidades de cada uno.
El patio de las flores
La característica principal y decididamente peculiar del Patio de las Flores es, sin lugar a dudas, su uso del color. A este espacio se accede a través del vestíbulo de entrada que da hacia la calle Paseo de Gracia.
Si vienes de ver el exterior rápidamente notarás que un juego de formas, colores y luces ofrece un espectáculo que claramente contrasta con la sobriedad cromática que caracteriza la fachada de La Casa Milá. El Patio de las Flores posee una dimensiones en planta de 90 metros por lo que es el más pequeño de los dos.
El patio de las mariposas
Por su parte el Patio de las mariposas nos habla de la naturaleza y de la vida en movimiento, siendo esta su cualidad más destacada. La misma estructura está conformada por numerosas formas escultóricas que evocan a criaturas de la naturaleza: una inmensa mariposa que queda posada en el umbral de entrada o una gran ala de algún insecto de dimensiones imposibles envuelve la escalera que sube hasta el piso principal. El patio de las mariposas es el más grande e imponente de los dos con sus 150 m2, se ubica tras el vestíbulo que conecta con la calle Provenca.
5. El sótano ¡una innovación sin precedentes!
Siguiendo un patrón similar de formas orgánicas, Gaudí concibió este espacio como un garaje, aquí se podían guardar los carruajes y automóviles a los que el dueño del proyecto era ya aficionado. El acceso al sótano se realiza a través de los dos vestíbulos principales mediante unas rampas helicoidales y actualmente este espacio se utiliza como un auditorio.
Haciendo a un lado las formasforma curvas, puede que en los tiempos modernos el sótano de la pedrera resulte para nosotros una solución espacial común en un edificio residencial. Sin embargo es de vital importancia comprender el contexto histórico en el cual este proyecto fue construido. En 1912 no había una solución similar en ningún lugar del mundo, no se concebía la necesidad de dedicar un espacio para el resguardo de un vehículo; esto solo evidenció con los años lo adelantado a su tiempo que estuvo la obra y el ingenio de Gaudí pudiendo reflexionar sobre las necesidades de la vida moderna y anteponerse a ellas.
6. El sistema estructural y el uso de los materiales
En tu recorrido por la Pedrera intenta siempre poner atención a las soluciones estructurales que Gaudí brindó a los diferentes problemas de obras. Desde pilares de piedras, ladrillo o hierro no escatimó en el uso de los materiales que le permitieran brindar la mejor solución posible en cada escenario.
En tu recorrido notarás que la distribución interior de las diferentes estancias destaca por una geometría libre. La ausencia de muros de carga da como resultado espacios intercambiables que pueden ser adaptados a las necesidades del inquilino. La optimización de la fachada como sistema estructural permite distribuir las cargas sin necesidad de sobrecargar con taquería los espacios interiores.
En la zona del ático o buhardilla Gaudí empleó todo su ingenio para crear un entramado de 270 arcos parabólicos de ladrillo cuya fuerza sirve para sostener la azotea ubicada justo encima.
7. El piso de los vecinos y los muebles a medida
En la cuarta planta del edificio alberga lo que se conoce como “El piso de los vecinos”; el único de los apartamentos de todo el edificio cuyo diseño y mobiliario al día de hoy (más de 100 años después) permanece tal cual Gaudí lo diseñó.
En este apartamento vivió durante décadas Pere Milà con su familia. El interior permanece en un estado de conservación impresionante por lo que un recorrido por sus estancias es similar a un viaje en el tiempo en el que se puede apreciar la forma como la clase alta de Barcelona vivió a inicios del siglo pasado. Es perturbador y maravilloso ver cómo a pesar del paso del tiempo incluso los juguetes de los niños parecen haberse quedado congelados en el tiempo.
En tu visita pon especial atención a los muebles a medida diseñados por Gaudí; auténticas piezas de arte del movimiento modernista.
8. Las puertas de entrada
El acceso a los vestíbulo de La Casa Milá se consigue a través de unas puertas de hierro forjado cuyo aspecto no sirve para más que enfatizar el lenguaje único de la obra Gaudí. Este mismo estilo se siguió en todas las balconadas que interactúan en la fachada principal y en otros balustres al interior del edificio.
Su diseño orgánico evocan formas naturales, desde alas de mariposas hasta caparazones de tortugas; la combinación de materiales como hierro y cristal sirve a varios propósitos: primero como un elemento de protección del exterior y segundo como un recurso de iluminación natural que permite bañar de luz el espacio del vestíbulo.
9. Las pinturas y murales
En el interior de la Casa Milá es posible encontrar algunas obras artísticas propias de los movimientos modernistas populares en la época. Esta intención puede ser apreciada en los vestíbulos, donde se puede disfrutar de la obra del artista Aleix Clapés. Su trabajo para la obra de Gaudí sigue temas de inspiración mitológica y aunque ha sufrido varias restauraciones se sigue conservando fabulosamente. Presta especial atención a los murales en las escalinatas que comunican la planta de acceso con el piso principal del edificio.
Es importante comprender que la arquitectura de Gaudí no buscaba el adorno excesivo de las paredes a través de obras plásticas convencionales como las pinturas; Gaudí prefería la integración del arte directamente en la forma con la combinación y uso de distintos materiales para conseguir expresar su lenguaje creativo.
10. La Fachada muestra fiel del estilo Gaudí
Ya sea a tu salida o a tu llegada al edificio es mandatorio que tomes un momento para analizar el elemento más vistoso, singular y llamativo de todo el edificio: su imponente fachada. La fachada completamente en piedra y con formas ondulantes la convirtió en un una diseño altamente controvertido para la época y suscitó el desagrado de buena parte de sus contemporáneos. El mote de La Pedrera, nace precisamente de las burlas de aquellos que en su momento lo consideraron un edificio feo y desagradable.
La Casa Milá se considera una obra innovadora principalmente por su estructura completamente en acero y el uso de muros cortina principalmente en su fachada autoportante. Al uso de la piedra ondulada para la creación de singulares formas orgánicas se suma la adición de hierro forjado presente en las imponentes puertas de acceso (que también utilizan cristal), en los balaustres de los balcones y en las ventanas que dan directamente a las calles.
Esta fue la última obra de carácter Civil que el arquitecto construyó antes de enfocarse enteramente al diseño y construcción de la Sagrada Familia, por lo que en La Pedrera se puede ver la maduración total de su peculiar estilo. Gaudí consigue dejarnos un edificio artificial que imita maravillosamente la naturaleza.