10 cosas que ver y hacer en el Vaticano
La Ciudad del Vaticano tiene mucho que ofrecer: la Capilla Sixtina, la Cúpula de San Pedro, la Basílica y la impresionante Plaza con la columnata de Bernini. Te cuento todo lo que tienes que ver y hacer en el Vaticano.
En el Vaticano puedes pasar como mínimo un día entero y seguramente no acabarías de ver todo el arte que contiene. Además de la espectacular plaza que te acoge con una columnata impolutamente blanca, puedes acceder a los Museos Vaticanos para deleitarte con la Capilla Sixtina o acceder a la Basílica de San Pedro.
No te dejes abrumar por la cantidad de cosas que ver y que hacer en el Vaticano. Yo he elaborado una lista con los imprescindibles que no puedes perderte:
1. Contempla los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina
La Capilla Sixtina contiene una de las obras de arte más populares del mundo, sin ninguna duda. Se encuentra dentro de los Museos Vaticanos y para acceder a ella tendrás que comprar entradas para el Vaticano. Pese a lo grandes que son los Museos Vaticanos, verás como prácticamente todos los visitantes se detienen ante la Capilla Sixtina.
En principio no podrás hacer fotos (o al menos, no con flash), pero no te preocupes. Disfruta de las vistas de una obra tan única y olvídate del móvil y la cámara por un rato. Merece la pena.
Debes saber que en los frescos que recubren paredes y techo no sólo participó Miguel Ángel, sino que también lo hicieron artistas como Botticelli, Guirlandaio, Signorelli o Perugino. Mientras que las 12 pinturas laterales describen episodios de la vida de Jesús y Moisés, el fresco del altar mayor es la obra maestra de Miguel Ángel, ‘El Juicio final’, y el techo mezcla pasajes del Antiguo y el Nuevo Testamento.
El mejor momento para visitar los Museos Vaticanos
Si quieres huir de las multitudes, en los Museos Vaticanos te será difícil debido a su alta afluencia de visitantes. Sin embargo, siempre hay trucos para poder ver los museos sin tanta gente: contratar una visita a los Museos Vaticanos a primera hora o reservar una visita guiada nocturna para ver la Capilla Sixtina y el resto de los Museos Vaticanos
2. Sube a la Cúpula de San Pedro para tener las mejores vistas de Roma
El Vaticano es famoso por ser el lugar en el que San Pedro, el primer Papa, fue enterrado, pero también es el estado más pequeño del mundo con una población de en torno a 1000 habitantes. La zona, presidida por la majestuosa Cúpula de San Pedro, atrae cada día a peregrinos de todo el mundo cristiano.
Dejando la historia y la religión aparte, esta Cúpula es uno de los puntos más altos de la ciudad de Roma y la vista desde arriba (esa plaza con dos semicírculos acotada por columnas que has visto en cientos de fotografías aéreas) merece el esfuerzo que cuesta subir. Las entradas para subir a la Cúpula se pueden comprar online, y además, incluyen una visita guiada a la Basílica y las tumbas papales.
Eso sí, ten en cuenta que la subida no es fácil y no es apta para todo el mundo, así que si estás pensando en subir hasta la cima de la Ciudad del Vaticano, puedes consultar antes mi artículo sobre cómo subir a la Cúpula de San Pedro.
3. Admira La Piedad de Miguel Ángel dentro de la Basílica de San Pedro
En cuanto descubras la escultura del la Piedad al entrar en la Basílica de San Pedro y admires su imponente tamaño de mármol blanco comprenderás por qué esta escultura que data de antes del año 1500 pasó a la historia como una de las obrás más especiales de Miguel Ángel.
La figura representa a la Virgen María lamentándose sobre el cuerpo de su hijo Jesús después de morir en la cruz. El realismo de sus rostros, sus proporciones y el movimiento y la tensión que acumula esta obra la hace única en el mundo.
Casi dos metros de altura dejan con la boca abierta a todos los que se adentran en la Basílica de San Pedro y no es para menos. Esta es la obra más destacada que verás en el interior de la Basílica.
4. Recorre la Plaza de San Pedro y la columnata de Bernini
Antes de subir a la Cúpula, permítete contemplar la Plaza de San Pedro desde abajo (es la plaza desde la que se celebran las famosas misas del Papa). El obelisco del centro da en los meses de verano la única sombra disponible a una plaza que mide 320 metros de largo y 240 metros de ancho. Muy difícil no sentirse reconfortantemente insignificante ante la magnitud de estas dimensiones.
5. Fotografía el Baldaquino de la Basílica de San Pedro
Estas gigantescas columnas con dosel que presiden el altar de la Basílica de San Pedro llamarán tu atención nada más cruces las puertas de entrada. El estilo barroco llevado a su máxima expresión por el autor Bernini hacen que esta pieza sea la indiscutible protagonista de todas las miradas en el interior de la Basílica. Tendrás que alejarte bastante para que quepa completa en tu cámara, ya que mide casi 30 metros de altura.
6. Descubre en profundidad los Museos Vaticanos, en una visita guiada o por tu cuenta
La verdadera joya de la corona en la Ciudad del Vaticano son los Museos Vaticanos colindantes con la plaza. Dentro de los mismos está, por supuesto, la archiconocida Capilla Sixtina, pero no es este el único atractivo de un museo que recoge arte del S.XV al XIX, egipcio, asino, griego, romano, etrusco, itálico, cristiano, medieval y religioso moderno.
Los Museos Vaticanos están divididos en varias zonas o museos y, aunque puedes pasarte dentro tantas horas como quieras, si no quieres volver del viaje a Roma con una espinita clavada, en mi opinión no deberías perderte la archiconocida Capilla Sixtina, las esculturas del Museo Pío Clementino y las estancias de Rafael. Los puedes recorrer por tu cuenta o con una visita guiada a los Museos Vaticanos..
Las esculturas del Museo Pío Clementino
Dedicado a la escultura clásica, este museo contiene obras como la estatua de ‘Laocoonte y sus hijos’ (una de mis favoritas por la expresividad que refleja) o el Apolo del Belvedere, la cual encarna los ideales de la belleza clásica.
Las pinturas de la Pinacoteca
Tus profesores de Historia del Arte jamás te permitirían saltarte una colección de un total de 460 cuadros que incluye obras maestras de los mayores artistas de la pintura italiana como Da Vinci, Tiziano, Caravaggio o Rafael.
El Museo Gregoriano Egipcio
Aunque para la gran mayoría estas obras no van a ser tan conocidas, te recomiendo que no dejes de echar un vistazo a la colección de arte egipcio, uno de los tesoros de los Museos Vaticanos.
Las estancias de Rafael
Quizás es la zona que más expectación despierta después de la Capilla Sixtina. El Papa Julio II encargó a Rafael decorar estas cuatro estancias y durante 16 años él y sus pupilos se encomendaron a la tarea con tal maestría que estas pinturas resultaron ser las que pusieron la fama del pintor a la altura de Miguel Ángel. Todo un regalo para la vista detenerse en los detalles de estas pinturas.
La escalera helicoidal
La encontrarás a la entrada; párate a echarle un vistazo desde arriba y no dejes que este juguete arquitectónico pase desapercibido entre las obras de arte.
La galería de los candelabros
Si, como a mí, te gusta admirar las salas de los museos en sí mismas aparte de las obras que contienen, te recomiendo que busques esta galería porque, además de ser una de las más originales, tiene una muy bonita vista de los jardines vaticanos.
Por supuesto, tú como viajero debes decidir qué te interesa más. Si eres un apasionado de la cartografía la Galería de los Mapas será para ti un imperdible y si sabes recitar de memoria los emperadores romanos te gustará ver la Sala de los Bustos. El catálogo de los Museos Vaticanos es inmenso.
7. Pasea por los Jardines del Vaticano
Si te estás preguntando cómo visitar los Jardines del Vaticano te adelanto que sólo lo podrás hacer de la mano del personal interno de los Museos: o bien mediante una visita con guía o a bordo de un autobús con audioguía.
Opinión personal: no es un imprescindible si estás pensando en pagar las entradas de los Museos sólo para conocerlo, pero ya que estás allí, cuando visites el Museo no dejes de recorrerlos.
8. Descubre alrededores del Vaticano
Ya que estás allí, quizá te interesa recorrer un poco de los alrededores del Vaticano para llevarte una visión más completa de Roma. En el Vaticano y sus alrededores vas a encontrar inevitablemente cientos de tiendas de recuerdos con la cara del Papa hasta en raquetas de tenis. Pero si te apetece dar un paseo más allá de los Muros que rodean la Ciudad del Vaticano, descubrirás Prati, un barrio residencial que se aleja de las masas y donde podrás ver a los romanos paseando, de compras o tomando el aperitivo.
La Via della Conciliazione también es digna de recorrer: su amplitud y majestuosidad da paso a la plaza de San Pedro y la une con el Castel Sant'Angelo, que también merece una visita.
Y si quieres hacer un recorrido por las calles de Roma de manera diferente, te recomiendo participar en el tour de Ángeles y Demonios por el Vaticano basado en la famosa novela de Dan Brown. Salva a los cardenales de los Illuminati a la vez que vas conociendo los lugares más emblemáticos de la ciudad ¡La diversión está asegurada!
9. Ve al encuentro del Papa en el Vaticano
Como bien sabrás, el Papa, la máxima representación de la Iglesia Católica en el mundo (y jefe del Estado del Vaticano) vive en la propia Ciudad del Vaticano. Y pese a que tener una audiencia con el Papa en privado requiere mucho papeleo, buenos contactos y una muy buena razón para reunirse con él, es posible asistir a una misa en directo o a la bendición semanal que hace todos los domingos desde su ventana.
Cuenta con que habrá aglomeraciones, ya que siempre se congregan grupos religiosos y peregrinos que van hasta allí para asistir a estos eventos, pero si te apetece completar tu visita al Vaticano con un encuentro con el Pontífice, te cuento aquí todo lo que tienes que saber para ver al Papa en el Vaticano.
10. Disfruta de la gastronomía de la zona del Vaticano
Puede que te sorprenda este punto, pero sí, en un lugar con tanta afluencia turística se puede comer muy bien y sin arruinarse. Pero tendrás que saber buscar, porque la zona está llena de trampas para turistas. Por eso he hecho una lista de lugares donde comer cerca del Vaticano y he metido menús para todos los gustos y momentos del día. ¡Bon apetit!