Visita guiada al Museo Nacional de Cine y a Mole Antonelliana en Turín
Acerca de esta actividad
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Lo más destacado
Una visita guiada a la Mole Antonelliana te permitirá descubrir su historia y los elementos arquitectónicos más importantes. Inaugurada en 1889, se caracteriza por su gran cúpula de planta cuadrada que destaca en el skyline de la ciudad. Entre sus paredes se aloja el Museo Nacional del Cine, que recoge material, vestuario y carteles, entre otros. El tour dura alrededor de 2 horas y, en el caso de grupos entre 10 y 15 personas, incluye unos auriculares para no perderte ninguna explicación.
- Entra en el edificio más representativo de la ciudad
- Descubre su historia gracias a las explicaciones de un guía experto
- Recorre la historia del cine en el museo dedicado
Qué está incluido
- Entrada a la Mole Antonelliana y al Museo Nacional de Cine
- Guia experto
- Auriculares (para grupos de más de 10 participantes)
Selecciona participantes y fecha
La experiencia en detalle
La Mole Antonelliana es el símbolo de Turín y se reconoce por su gran cúpula neogótica. En su interior se halla el Museo Nacional del Cine, el único de este tipo en Italia. Un guía experimentado te acompañará durante 2 horas (aproximadamente), explicándote las características de esta construcción y anécdotas relacionadas con las películas.
La visita se complementa con el acceso a la cúpula, desde donde se divisa un espléndido panorama de la ciudad y de los Alpes. Con 167,5 metros de altura, cuando se inauguró era el edificio de mampostería más alto de Europa. Se accede por un ascensor rápido que tarda menos de un minuto en llegar al mirador.
Originalmente, la Mole Antonelliana estaba destinada a convertirse en una sinagoga. Sin embargo, la obra del arquitecto Alessandro Antonelli no fue apreciada por la comunidad judía, que la vendió al municipio. Otros quedaron fascinados por esta imponente estructura de mampostería, como Nietzsche, que declaró que la Mole era "quizá la obra de arquitectura más ingeniosa jamás creada".
El Museo del Cine debe su nacimiento a la historiadora del cine Maria Adriana Prolo, que reunió una gran colección a partir de los años 40. Entre las piezas más interesantes, es imposible no mencionar los carteles de época, los antepasados de la gran pantalla (sombras chinescas, cajas ópticas, etc.) y el vestuario escénico.