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Al norte de Marruecos te espera Tánger, una ciudad con una gran variedad de opciones para pasar unas vacaciones inolvidables. Lo primero que llamará tu atención es la Medina, donde se abren paso el Zoco Grande y el Zoco Chico. En cada callejón crearás un recuerdo memorable y tu paladar se sentirá tentado ante los olores y sabores de la gastronomía marroquí.
También te sentirás atrapado por la belleza del Cap Spartel y las fascinantes leyendas de la Cueva de Hércules. Eres libre de vivir la ciudad como mejor te parezca, ya sea a pie, en bus turístico o con un paseo a camello. Y, por supuesto, no puede faltar un vistazo a sus mezquitas y un momento de relajación en un hamman. Si te gustaría agregar este sello a tu pasaporte, quédate hasta el final de la guía y descubre los imprescindibles de esta ciudad.
1. Camina por la Medina de Tánger
La Medina de Tánger es un laberinto salpicado de callejuelas, casas con fachadas blancas y azules, mezquitas decoradas con intrincados motivos geométricos y mercados tradicionales. En cada esquina se respira la hospitalidad marroquí y los aromas de especias y comida local. Te va a encantar porque es ideal para caminar sin rumbo, dejándose llevar por los caminos que conducen a los principales atractivos locales como:
- Gran Mezquita, tiene un impresionante minarete y anteriormente era la Catedral del Espíritu Santo.
- Zoco Grande y Zoco Chico, dos puntos de encuentro conocidos por su vida comercial y artística.
- Kabash, una antigua fortaleza en la parte alta de la Medina famosa por sus vistas al Estrecho de Gibraltar y su espectacular colección histórica.
- Palacio de Dar el Makhzen, fue la residencia del sultán y en la actualidad funciona el Museo de Artes Marroquíes.
- Café Hafa, es un café antiguo que data de 1921 y ofrece vistas impresionantes del mar.
- Mezquita Sidi Bouabid, la famosa Mezquita Roja de Tánger que destaca por la decoración de su minarete. Considera que no está abierta al público no musulmán, pero desde afuera es un completo espectáculo visual.
En el pasado, aproximadamente en el siglo V a.C., la Medina fue un destacado asentamiento fenicio. Posteriormente, se convirtió en un enclave portugués antes de ser declarada Zona Internacional. Tras la independencia de Marruecos en 1956, se convirtió en un importante punto de encuentro multicultural, donde se practican diversas tradiciones musulmanas.
Una experiencia bastante interesante es reservar un tour guiado por Tánger, sobre todo para conocer la historia de las mezquitas, a las que no está permitida la entrada. No solo verás la Medina de Tánger, también disfrutarás de una visita por Cap Spartel, conocido por ser una reserva natural donde se puede ver el punto de encuentro del mar Atlántico y Mediterráno. Además, estas experiencias también pueden pasar por Kabash, la Cueva de Hércules, y ofrecer un paseo a camello, así como una experiencia de té con menta tradicional.
2. Da un paseo en camello por el desierto
Los paseos en camello son un clásico de Marruecos, y en Tánger no puedes desperdiciar la oportunidad de sumarte a la experiencia. Podrás explorar el desierto, aunque también se realiza en la Playa de Achakkar y en áreas cercanas al Cap Spartel.
Al reservar un paseo en camello en Tánger podrás disfrutar de dos a tres horas, en las cuales también se suele incluir un recorrido por la ciudad y una parada en el mirador marítimo, desde donde se alcanza a ver España.
Aunque los camellos se conocen como el barco del desierto, por su capacidad para aguantar peso y largas distancia sin agua, es importante reservar estas experiencias con proveedores éticos que respeten la vida animal.
3. Aprende a preparar comida marroquí en casa de un local
Aprender a cocinar entre locales es una forma inolvidable de abrazar las tradiciones marroquíes. Te llevarás un recuerdo atesorado de sus aromas, sabores y rituales. Generalmente, empezarás con una visita a la Medina de Tánger, para elegir ingredientes frescos y escuchar las recomendaciones de los vendedores.
Al llegar a la casa de un lugareño serás recibido con la calidez y alegría marroquí, rodeado de historias cautivadoras, risas contagiosas y recetas tradicionales de diferentes platos. Reservar una clase de cocina marroquí en Tánger te sumerge en los secretos del tajine, el famoso plato de carnes blancas o rojas elaborado en una cazuela de barro.
Es probable que también explores el paso a paso de la pastela o el cuscús, ya que usualmente se proponen cinco platos diferentes que pueden variar según los productos de temporada disponibles. Durante esta inmersión en la gastronomía marroquí, también tendrás tiempo para deleitarte con el té de menta y hacer pan marroquí fresco.
Al finalizar la clase, no solo te llevarás las recetas, también un pedazo de Marruecos grabado en tu paladar. Por supuesto, podrás probar tus propias creaciones y apreciar cómo se sirve el té, el cual se vierte desde una altura precisa para crear espuma. Considera que puedes combinar la clase con un recorrido guiado por la ciudad y hasta un paseo en camello.
4. Sube al autobús turístico de Tánger
Si tienes solo un par de horas para conocer la ciudad o te gustaría disfrutarla con comodidad, flexibilidad y tranquilidad, te recomiendo compras billetes para el bus turístico de Tánger. Por lo general, el billete es válido por 48 horas y tendrás tiempo para subir y bajar a tu antojo, creando un itinerario con las paradas de tu interés de las dos rutas disponibles.
También puedes aprovechar el paseo completo con su audioguía a bordo, la cual va narrando curiosidades destacadas de las calles y monumentos. Considera que esta opción suele tener WiFi gratis, folleto y mapa de la ciudad.
Ruta por el Centro Histórico
El Centro Histórico es una joya cautivadora que va más allá de la Medina y abarca toda la herencia de la ciudad. Si decides quedarte a bordo, puedes conocerlo en aproximadamente una hora de recorrido, pero eres libre de subir y bajar en sus 11 paradas y aprovechar las más destacadas:
- La Medina de Tánger.
- Villa Harris, una joya en el barrio de Malabata que sorprende con sus detalles moriscos.
- Café Hafa y Necrópolis Punicoromaines.
- Plaza de Faro y Boulevard Pasteur.
- Mezquita Mohammed V, construida para honrar al rey Mohammed V de Marruecos.
Ruta por la Gruta de Hércules
Para complementar, puedes unirte a la Gruta de Hércules y disfrutar una ruta por los alrededores, esta línea ofrece dos horas de recorrido y la posibilidad de subir o bajar en 11 paradas, entre las que destacan:
- La Cueva de Hércules.
- Cap Spartel.
- Zoco Alto.
- Parque Perdicaris, una campiña tangerina en medio del bosque.
- Jardín de Donabo, una reserva natural que te sumerge en el mundo botánico marroquí.
5. Pasa por el Zoco Grande y el Zoco Chico, una experiencia gastronómica de infarto
Entre las calles de esta ciudad cobra vida una escena gastronómica fascinante para el paladar. Si bien dar una clase de cocina es la mejor forma de aprender recetas, también puedes hacer una ruta gastronómica y desentrañar los secretos culinarios. Tómate el tiempo de sentarte en sus restaurantes y saborear lentamente platos como el tajín, cuscús, chermoula (pescado marinado), harira (sopa marroquí) y la variedad de postres a base de miel y almendras.
Hay un sinfín de lugares donde puedes parar a comer como los dioses, pero considero que los zocos son un imprescindible de la cultura árabe, ya que entre estos mercados tradicionales puedes echarle un vistazo a los ingredientes esenciales de la cocina marroquí. Debes saber que hay dos zocos y cada uno ofrece un ambiente diferente, te cuento un poco.
- Zoco Grande: rodea la Plaza 9 de Abril, justo en la entrada de la Medina, por lo que podría ser tu primera parada gastronómica. Encontrarás puestos para probar platos frescos que evidencian la influencia árabe, andaluza y mediterránea de la comida local. No olvides llevarte algunas especias y regatear en los puestos de artesanías y antigüedades.
- Zoco Chico: está dentro de la Medina y podría decirse que es la continuación del Zoco Grande. Seguramente vas a alucinar con su ambiente bohemio perfecto para sentarse en una cafetería o escudriñar en los puestos de artículos de cuero, alfombras y joyería.
Reservar un recorrido gastronómico en Tánger es la mejor forma de ir a lugares únicos, donde se come bien y siguiendo las tradiciones locales. Generalmente, estas experiencias pasan por los famosos zocos, visitando alrededor de seis sitios que te ofrecerán degustaciones deliciosas de especialidades locales como la pastela, queso y té de menta. Además, suelen acercarse hasta el famoso Café Hafa.
6. Échale un vistazo a la Gran Mezquita
Mientras paseas por el Zoco Viejo, inevitablemente te vas a topar con la Gran Mezquita de Tánger, un imprescindible de la ciudad. Lamentablemente, las visitas se reservan para musulmanes, pero es todo un placer admirar su fachada desde afuera y si vas con un recorrido puede que llegues a escuchar sobre su historia.
La versión original fue una idea del sultán Moulay Ismail, pero con el paso del tiempo sufrió diversas modificaciones arquitectónicas y fue un espacio de oración de diferentes religiones.
Te van a encantar sus decoraciones de arte morisco, adornadas con azulejos y un minarete imponente que se aprecia desde diferentes puntos de la ciudad. Se encuentra en la Rue de la Marine y es un contraste entre las sagradas tradiciones marroquíes y el bullicio de las calles circundantes.
7. Conoce el Museo de la Kasbah, el antiguo palacio del sultán
Si te gustaría obtener una perspectiva de la historia local, considera una visita al Museo de la Kasbah, un viaje en el tiempo que te abre las puertas a un antiguo palacio tangerino donde vivió el sultán Moulay Ismail. En el interior vas a alucinar con los techos ornamentados, azulejos y otros detalles característicos de la arquitectura marroquí.
Además, debido al paso de diferentes civilizaciones, puedes ver un mosaico romano que se extrajo del sitio arqueológico de Volubilis. También abundan las exposiciones de alfombras, cerámicas, objetos de hierro forjado y otras muestras de la artesanía local. Para comprender cada una dispones de los folletos informativos, pero considera que están en árabe e inglés.
En general, te va a encantar esta visita porque aprenderás sobre el período de ocupación marroquí y podrás deleitarte con un jardín andalusí. Para obtener un vistazo del estrecho de Gibraltar y la costa española, asegúrate de aprovechar el mirador del museo.
8. Deleitate con un hammam tradicional marroquí
Tánger ofrece diferentes planes para desconectar y tener unas vacaciones relajantes, aunque nada se compara a la experiencia de un hammam tradicional marroquí. Suelen tener varias salas climatizadas con diferentes temperaturas, para que puedas disfrutar de un baño curativo. La tradición es enrollarse en una toalla y sentarse en los bancos de piedra, mientras los sahumerios y la sauna te ayudan a limpiarte de impurezas.
Posteriormente, pasarás a una sala donde te darán masajes con aceites esenciales y consentirán tu piel con jabón negro beldi. También podrás pedir una exfoliación con un guante áspero (kessa). Algunos de los sitios más populares para vivir esta experiencia son:
-
Edenz Spa Massage Thaï Hammam
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Meday Sp
9. Deleitate con la Cueva de Hércules
Los alrededores de Tánger son encantadores y de alguna u otra forma terminarás pasando por la Cueva de Hércules, una parada imprescindible. Este lugar irradia un aura especial y puedes notar un cambio de aires mientras exploras esta particular formación rocosa a orillas del mar africano.
Es una parada fotográfica ideal para conseguir tomas que parecen sacadas de una postal. La entrada cuesta alrededor de 3 € y se disfruta más con un experto al lado que pueda contarte sobre las leyendas mitológicas del dios griego Hércules, quien aparentemente descansó aquí tras marcar la división de Europa con África.
Además de la leyenda, te toparás con alrededor de 7.000 años de historia y podrás explorar vestigios de su pasado como punto de explotación minera. Un aspecto fascinante es el cambio gradual en el color del agua, lo que marca la transición entre el Mediterráneo y el Atlántico, creando un espectáculo visual único.
Si te llama la atención, debes considerar que la forma más fácil de llegar es con un tour guiado que incluya los traslados. Aunque si prefieres ir por tu cuenta, puedes coger los famosos Grand Taxi que son más espaciosos y cómodos que los Petite Taxi. Aunque debes saber que los taxis en Tánger no ofrecen lujos y algunos tienen un par de años encima.
10. Escápate a Chaouen, la Perla Azul de Marruecos
Si tienes un itinerario holgado y flexible, quizás puedes considerar una visita a uno de los destinos más populares de Marruecos. Chaouen es una ciudad destacada por los edificios pintados de diferentes tonos de azul y su laberinto de callejones, ideal para sacar un montón de fotografías. Asegúrate de llevar un mapa porque todas las calles se asemejan.
Principales atractivos
- La Medina de Chaouen, famosa por sus callejones de casas blancas y azules decoradas con cerámica, motivos intrincados y jarrones de flores.
- Plaza Uta el-Hammam, el corazón de la ciudad vieja con un aura completamente diferente.
- Kasbah, una antigua fortaleza que te dejará sin aliento.
Cómo llegar
- Autobús: sale de la CTM de Tánger y hay varias salidas diarias por alrededor de 7 €, pero considera que al llegar por la ciudad tendrás que moverte por tu cuenta.
- Grand Taxi compartido: es como el servicio de BlaBlaCar, pero en un taxi antiguo típico de Marruecos. También salen de la estación de autobuses por alrededor de 8 € y tienes que esperar a que se llenen todos los puestos.
- Coche de alquiler: es ideal para quienes quieren disfrutar de una ruta escénica y elegir las paradas.
- Grand Taxi privado: se puede coger desde el aeropuerto de Tánger o desde la estación de tren, pero es más costoso y puede ir desde 50 € por trayecto.
- Reservar una excursión a Chaouen desde Tánger: es la mejor opción para disfrutar de la ciudad con tranquilidad con un itinerario completo que te lleva a los principales atractivos. En este tipo de experiencias es posible que se te ofrezcan paradas en las montañas Rif o una visita a las cascadas de Akchour para darte un baño. Puedes unirte desde 47 € por persona.