Qué ver y hacer en Basilea

Situada a orillas del río Rin y cerca de la frontera suiza con Alemania y Francia, Basilea es una de las ciudades más visitadas del país, pero también un destino muy destacado por sus construcciones medievales y por la cercanía con otros sitios de interés. Allí también podrás hacer algunas de las mejores fotografías de tu viaje y descubrir un lugar que combina la arquitectura con la naturaleza.

Entre las mejores actividades que puedes hacer en Basilea se encuentran visitar la Catedral, caminar por el pintoresco casco antiguo, recorrer la orilla del río Rin y todas sus atracciones y maravillarte con el zoológico local. No obstante, también es un sitio perfecto para utilizar como base y conocer otros destinos de los alrededores, como la montañosa Zermatt o la medieval Lucerna. ¿Estás listo para recorrer una de las capitales culturales de Europa?

Basler Münster, o la Catedral de Basilea, es un ejemplo de la arquitectura gótica y una de las estructuras más famosas de Basilea. Con más de 1000 años de historia, este templo católico está construido principalmente de arenisca roja, lo que le otorga un aspecto distintivo y atractivo que destaca en el horizonte de la ciudad. Además, alberga las tumbas de importantes figuras históricas, como el humanista y reformador religioso Erasmo de Rotterdam.

La Catedral de Basilea es considerada un símbolo de la ciudad y un importante sitio de culto para la comunidad protestante local. Su diseño arquitectónico presenta una mezcla de estilos, desde el románico hasta el gótico, siendo este último el predominante, y cuenta con características notables como sus dos torres gemelas, sus vidrieras y el claustro, con arcos elegantes y un tranquilo jardín que podrás recorrer durante la visita.

Una de las razones por las que la Catedral de Basilea es un destino imprescindible es su ubicación privilegiada en la cima de una colina, que ofrece vistas panorámicas del río Rin y del casco antiguo de la ciudad. Desde su plataforma de observación podrás disfrutar del paisaje urbano y de los coloridos edificios y puentes que caracterizan a este destino. Es por esto que suele ser protagonista al reservar un tour guiado por Basilea, que suele iniciar cerca de allí.

Perderte por las calles del casco antiguo de Basilea es una experiencia que te permitirá conocer un barrio lleno de callejuelas empedradas, de plazas pintorescas y de edificios históricos que reflejan la rica herencia cultural de la ciudad. El casco antiguo se extiende a lo largo del río Rin y está repleto de rincones ocultos que merecen ser explorados.

El epicentro del casco antiguo es la Plaza del Mercado, donde se encuentra el Ayuntamiento de Basilea, un edificio de ladrillo rojo con decoraciones y una fachada característica. La plaza, además, es el corazón de la vida social y comercial de la ciudad, en la que los visitantes pueden disfrutar de un mercado diario que ofrece productos frescos, flores y artesanías locales. Alrededor de la plaza también encontrarás restaurantes y bares.

Asimismo, el casco antiguo también es el distrito de la Catedral de Basilea, del Museo de Historia y de la zona ribereña del río Rin, donde podrás disfrutar de actividades al aire libre, como paseos en barco y picnics junto al agua. Este barrio suele ser protagonista de los tours de este destino, aunque si quieres sacar el máximo partido a tu visita puedes optar por reservar un tour privado por Basilea, en el que podrás planificar tu propio itinerario.

No podrás decir que has conocido Basilea hasta que no camines por la orilla del Rin, el río omnipresente que marca el pulso de la ciudad. Este afluente no solo es una vía de navegación importante, sino también uno de los epicentros de las actividades de entretenimiento de los locales. A lo largo de sus orillas, podrás encontrar espacios verdes, cafeterías al aire libre y vistas panorámicas.

Por otro lado, a lo largo del río encontrarás varios puntos de interés, como la Pérgola del Rin, un parque que ofrece un respiro del bullicio urbano y los históricos puentes, como el Kleiner Basilea y el Münster Brücke, que conectan las dos partes de la ciudad. Estos puentes no sólo son imprescindibles desde el punto de vista arquitectónico, sino que también ofrecen excelentes oportunidades para sacar fotografías del paisaje.

El Rin ha sido una importante ruta de comercio desde tiempos inmemoriales y ha influido en el desarrollo de la ciudad como un punto de encuentro comercial y cultural. Este legado histórico se siente en el aire, haciendo de cada paso un viaje a través del tiempo. También puedes recorrer el camino ribereño durante la noche, cuando es el momento de reservar un tour por Basilea con el vigilante nocturno, una experiencia que te paseará por los secretos y misterios de este destino.

Conocer la gastronomía local en Basilea es una de las mejores maneras de empaparse directamente de la cultura del país. La cocina de esta región se caracteriza por la influencia de las tradiciones suizas, alemanas y francesas, lo que resulta en sabores y platos muy variados.

Una de las preparaciones más emblemáticas de Basilea es el läckerli, una galleta de jengibre hecha con miel, almendras y Kirsch, un licor de cereza típico de la región. Estas galletas son un dulce de herencia medieval y son perfectas para llevar como souvenir, especialmente durante las fiestas. Además, los spätzli, pequeños fideos de pasta, son un acompañante popular en muchos platos, a menudo servidos con salsa de carne.

La fondue es otra experiencia culinaria que no te puedes perder durante tu visita. Aunque es originaria de otras regiones de Suiza, muchos restaurantes de Basilea ofrecen su propia versión de este plato clásico. El queso derretido, a menudo una mezcla de gruyère y emmental, se sirve en una olla de cerámica caliente, donde los comensales pueden sumergir trozos de pan en el delicioso queso.

Para los amantes de la carne, el zürcher geschnetzeltes es una opción deliciosa. Este plato consiste en ternera cortada en tiras, salteada con una salsa cremosa de champiñones y se sirve comúnmente con rösti. Muchas de estas preparaciones las podrás disfrutarlas en los restaurantes de la ciudad o también al reservar un tour gastronómico de Basilea.

Situado en la orilla opuesta del Rin, el barrio Kleinbasel se caracteriza por su ambiente bohemio, sus coloridos edificios y sus calles estrechas. Este distrito ha sido históricamente un centro cultural y artístico que ha cautivado a jóvenes, estudiantes y turistas. Actualmente, es el epicentro de las galerías de arte de la ciudad y, también, de los graffitis.

Uno de los principales atractivos de Kleinbasel es el Tinguely Fountain, una obra maestra del artista suizo Jean Tinguely. Esta fuente, ubicada frente al Teatro de Basilea, ofrece un espectáculo de movimiento y sonido, en que las esculturas mecánicas interactúan con el agua, creando una experiencia visual imperdible.

Otro lugar notable en Kleinbasel es la Iglesia de San Pedro, un edificio gótico que llama la atención por su arquitectura y por sus coloridas vidrieras. Aunque el verdadero tesoro de este barrio está en la vida nocturna, que merece una mención especial por la gran cantidad de bares y clubes que ofrecen música en vivo y un ambiente amigable.

Si quieres optar por un plan alternativo en este destino, que se destaca principalmente por sus opciones urbanas, puedes visitar el Zoológico de Basilea. Con más de 600 especies, este zoológico proporciona un espacio donde podrás ver en vivo a los animales y, al mismo tiempo, aprender sobre la diversidad de la fauna y la importancia de la conservación de los ecosistemas.

El Masai Mara, una de las atracciones más populares de este sitio, es una réplica de la sabana africana en la que podrás contemplar leones, jirafas y cebras en un ambiente que imita su hábitat natural. También podrás explorar la Casa de los Gorilas, que ofrece la oportunidad de ver a estos primates de cerca en un entorno selvático.

El Zoológico de Basilea también participa en programas de conservación de especies en peligro de extinción y está comprometido con la educación ambiental. A lo largo del año, se organizan diversas actividades y eventos, incluyendo charlas educativas, talleres y encuentros con cuidadores que permiten a los visitantes aprender sobre la vida silvestre y la importancia de protegerla.

La Puerta Spalentor es uno de los monumentos más emblemáticos de Basilea y un lugar perfecto para sacar algunas de las mejores fotografías de la ciudad. Esta puerta del siglo XIV marca uno de los cuatro ingresos a la antigua muralla que alguna vez rodeó la ciudad. Con su arquitectura gótica y sus torres, Spalentor destaca por su belleza y su historia.

La historia de la Puerta Spalentor es rica y fascinante. Construida entre 1400 y 1430, la puerta no solo era un punto de entrada y salida para los habitantes de la ciudad, sino también un símbolo de la prosperidad y la fortaleza de Basilea en su tiempo. A lo largo de los siglos, ha sobrevivido a guerras y transformaciones urbanas, y su conservación es testimonio del compromiso de la ciudad con su patrimonio.

Desde la plataforma de observación de la puerta podrás capturar la esencia medieval de la ciudad, con sus calles empedradas y los edificios de época que parecen salidos de un cuento de caballeros de la Edad Media.

Asimismo, la ubicación de Spalentor también ofrece un acceso fácil a varios puntos de interés cercanos, como el Jardín Botánico de la Universidad de Basilea o el casco antiguo de la ciudad.

Descubrir las vistas de este destino desde el Puente Mittlere Brücke es una experiencia que combina la magnitud del paisaje urbano con el encanto del Rin. Este puente, que conecta las dos mitades de la ciudad, Kleinbasel y Grossbasel, es uno de los puntos de referencia más antiguos de Basilea, habiendo sido inaugurado en el siglo XIII.

Desde este puente podrás disfrutar de una panorámica que abarca el río, la arquitectura histórica y la vida cotidiana de la ciudad. Al mirar hacia el lado de Grossbasel, te encontrarás con la Catedral de Basilea, con sus icónicas torres y su arquitectura románica-gótica que se alza en el horizonte. Hacia el lado de Kleinbasel, las vistas incluyen el Teatro de Basilea y la Torre de la Iglesia de San Esteban, que se eleva entre los tejados bajos.

El puente también es el sitio perfecto para contemplar el barrio bohemio de Kleinbasel, con sus coloridos cafés y restaurantes que desnudan el pulso más ecléctico de una de las ciudades más multiculturales de Suiza.

Zermatt es un pequeño pueblo suizo que en los últimos años se ha convertido en un destino icónico tanto para los amantes de la naturaleza como para los entusiastas del esquí. Accesible sólo a través de un tren panorámico, podrás aprovechar tu visita a Basilea para hacer un tour de día completo para contemplar las vistas de los Alpes suizos y conocer la belleza natural de la región.

En Zermatt podrás explorar las calles llenas de edificios de madera, ya que este pueblo ha mantenido su carácter histórico y tradicional. En el caso antiguo no se permiten vehículos motorizados, lo que contribuye a su atmósfera tranquila. Entre las atracciones principales encontrarás la Iglesia de San Pedro, con su campanario del siglo XV, y el Museo de Zermatt, que ofrece una mirada a la historia del pueblo y a su desarrollo como destino turístico desde el siglo XIX.

Asimismo, Zermatt es famoso por su proximidad al Matterhorn, una de las montañas más reconocibles del mundo. Para llegar hasta la cima de este sitio podrás subir al teleférico hasta la estación de Gornergrat, que ofrece vistas panorámicas de las montañas circundantes. Allí también encontrarás rutas de senderismo en verano o de esquí en invierno, lo que lo convierte en un destino perfecto durante todo el año.

El paisaje alpino es sencillamente impresionante, con glaciares, prados verdes y lagos cristalinos y al reservar una excursión a Zermatt desde Basilea podrás obtener un doble beneficio: por un lado, explorar la cercanía de las ciudades turísticas suizas y, por el otro, conocer este pintoresco pueblo a través de la asistencia de un guía local experto.

Uno de los principales atractivos de Basilea radica en su cercanía con otras ciudades turísticas de Suiza y una de ellas es Lucerna, que se encuentra ubicada a las orillas del río del mismo nombre y flanqueada por montañas. Conocido por su patrimonio arquitectónico medieval, este destino es perfecto para una escapada de día completo.

En Lucerna podrás encontrar el Kapellbrücke o Puente de la Capilla, un símbolo emblemático de la ciudad. Este puente cubierto, construido en el siglo XIV, está decorado con una serie de pinturas que representan momentos históricos y escenas de la vida de los santos más populares entre los locales. Asimismo, al lado del puente encontrarás la Torre de la Capilla, que formó parte del antiguo sistema de fortificaciones defensivas de Lucerna.

También podrás visitar las murallas de Lucerna, que se encuentran bien conservadas, con sus torres y puertas, y que ofrecen la oportunidad de caminar a lo largo de sus pasillos y disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad y del lago. Desde lo alto, podrás contemplar el horizonte, que combina las estructuras medievales con la naturaleza circundante.

En este caso, te recomiendo también reservar una excursión a Lucerna desde Basilea con la que podrás conocer la Iglesia de San Leodegar, que es un ejemplo de la arquitectura gótica y también merece una visita. Esta iglesia es conocida por sus altas torres y su interior decorado con vidrieras y ornamentado por el órgano sacro, que es uno de los más grandes que puedes encontrar en un edificio religioso suizo.