Qué ver y hacer en Katmandú

En la capital de Nepal vas a vivir unas vacaciones inolvidables rodeado de las montañas de Himalaya y puedes aprovechar para llegar hasta el campamento base del Everest, aprender los secretos de la cocina nepalí o ver la estepa más grande de Asia.

Esta ciudad es conocida por sus templos espectaculares y por tener un encanto que dista de las grandes urbes del mundo, con elementos de antiguas civilizaciones. Además, puedes conocer pueblos nativos, explorar las danzas tradicionales y hasta convertirte en monje por un día. Para facilitar tus vacaciones te comparto esta guía con los imprescindibles de Katmandú.

Katmandú es una ciudad con un encanto llamativo, pero es innegable que muchos la visitan porque es un excelente punto de partida al Everest. De hecho, cada año se llena de miles de turistas interesados en este fenómeno de la naturaleza que mide alrededor de 8.849 metros y se posiciona como el más alto del planeta. Por supuesto, subir al Everest es todo un desafío y pocos se atreven a hacerlo, pero siempre puedes llegar hasta el campamento base o sobrevolar las zonas permitidas.

El Everest es la cuna de leyendas muy interesantes y en esta región también puedes disfrutar la hospitalidad de los sherpas, una comunidad budista. Además, esta experiencia despierta interés porque se ha inmortalizado en documentales, películas y libros.

Pero debes saber que la escalada no es un cuento de hadas, en realidad engloba muchos peligros. Así como hay historias conmovedoras de éxito, han ocurrido tragedias como el desastre de 1996.

Lo más recomendable es acercarse hasta el Everest o al campamento con expertos que conozcan la zona y puedan garantizarte un buen rato.

Subir al campamento base del Everest

Si vas a estar varios días en la ciudad, puedes empezar conociendo sus imprescindibles y realizando actividades tradicionales. Una vez que hayas completado el itinerario, dispondrás de tiempo libre para reservar una experiencia de trekking de 14 días al campamento base del Everest desde Katmandú. En la región de Khumbu puedes disfrutar este espectáculo sin tanto esfuerzo y escuchar historias conmovedoras.

Te va a encantar porque puedes visitar casas de té y, por la noche, alojarte en casas de campo tradicionales. Durante el recorrido es posible ver:

• Namche Bazaar, la entrada al Everest y la capital de la comunidad Sherpa.
• Monasterio de Tengboche, un lugar impresionante donde se practica el budismo tíbetano.
• Dingboche, el pueblo donde se aclimatan la mayoría de alpinistas.

Considera que hay dos campamentos base: el que está en Nepal es el del sur y se sitúa a 5,364 metros sobre el nivel del mar y el del Tíbet que es el del norte y se eleva a 5,150 metros. El campamento que puedes visitar desde Katmandú solo es accesible por senderos de trekking y para subir es indispensable aclimatarse para evitar el mal de altura.

Escalar el monte Everest

Escalar el monte Everest puede llevar de dos a tres meses, pero depende de las condiciones físicas de cada persona. Y créeme que necesitarás una meticulosa preparación física y mental, de lo contrario se puede convertir en una pesadilla. Como recomendación, puedes empezar con escaladas de baja intensidad e ir subiendo de nivel progresivamente.

Lo recomendable es prepararse con sherpas, la comunidad que mejor conoce la zona. O hacerlo con proveedores confiables y certificados. Además, considera que necesitas un permiso y que el precio de esta autorización puede rebasar los 14.000 €. A esto súmale los gastos de guías, equipo, seguros y logística que pueden redondear el precio a alrededor de 45.000 €.

Vuelo panorámico al campamento base del Everest

Si lo que quieres es ver el Everest desde lejos, entonces puedes hacerlo cómodamente desde un vuelo panorámico. Lo más recomendable es reservar un paseo en helicóptero al campamento base del Everest. Puedes hacerlo en un par de horas y es considerablemente más económico que llegar escalando o subir el monte completo.

Esta experiencia te dejará sin palabras ante la belleza de los pueblos y campos agrícolas circundantes. Podrás pasar por puntos estratégicos que permiten ver el Everest y cuando aterrices en el campamento puede que seas guiado al Mirador del Everest, mientras el profesional a cargo te cuenta historias sobre los escaladores más atrevidos.

La gastronomía nepalí es sabrosa, nutritiva, especiada y ligeramente picante. Quedarás fascinado con sus platos y lo mejor es que no tienes que esperar a regresar para volver a probarlos, tú mismo puedes prepararlos en casa si te animas a reservar una clase de cocina tradicional en Katmandú. De esta manera, vas a descubrir los ingredientes locales que destacan por su variedad y frescura, así como las técnicas y recetas tradicionales.

No necesitas experiencia porque el chef te guiará con paciencia y te mostrará la hospitalidad nepalí. Además, las preparaciones se hacen desde cero y generalmente puedes elegir entre tres opciones de menú, cada una con cuatro platos tradicionales. Algunas de las delicias que puedes cocinar son: momos (empanadillas rellenas), thukpa (sopa de fideos) y dal bhat (lentejas con arroz).

Como puedes ver, si bien el Everest es el principal imán de Katmandú, eso no significa que debas olvidar la ciudad y su cultura. ¡Todo lo contrario! Deberías quedarte un par de días para tener suficiente tiempo de aprovechar estas experiencias inolvidables.

El Himalaya es un lugar que parece un mito, pero es completamente real y accesible desde Katmandú. Probablemente te suene de películas o documentales, pero se trata de un complejo de montañas que se eleva a más de 8,000 metros en varios picos, englobando el Everest que es el más alto pero también otros montes y secretos impresionantes.

Como te mencioné, escalar por esta zona es difícil y toma tiempo, pero puedes reservar una excursión a Nagarkot desde Katmandú para no perderte de nada. De esta manera alcanzarás la terraza del Himalaya, ya que podrás disfrutar su ubicación privilegiada para verla en todo su esplendor.

Probablemente vas a interactuar con las etnias de Nepal y conocer a los Brahmanes, los Tamang y los Newari. También puedes aprovechar este paseo para disfrutar el Parque de la Paz de Buda, las calles de Thamel y el templo Changu Narayan.

En el camino es posible que escuches las leyendas del Himalaya, la más famosa es la del hombre Yeti de las nieves, el encargado de proteger a los viajeros cuando se acercan a las zonas más peligrosas de las montañas. Aunque hay diferentes versiones y en algunas lo pintan como un monstruo peligroso.

Por supuesto tienes que visitar el templo más antiguo e importante de Katmandú. La belleza de Pashupatinath te dejará sin palabras, ya que es sencillo pero con un techo dorado impresionante y ornamentos que datan del siglo XVII. Se puede caminar por los alrededores del templo y aprovechar recorridos guiados para empaparse de su historia, pero al interior solo pueden acceder los hindús.

Generalmente está abierto desde las 4:00 y cuanto más temprano llegues, mejores serán las fotografías. En esta zona puedes presenciar espectáculos culturales y ver las cremaciones tradicionales que se realizan en los ghats a lo largo del río Bagmati.

Entre sus calles también es común encontrarse con Sadhus, quienes se consideran hombres santos que viven en pobreza para alcanzar la iluminación. Suelen pedir dinero a cambio de bendiciones y son muchos los turistas que dan su caridad, algo que se ha convertido en una tradición.

Mientras caminas por las calles de Katmandú seguramente te llamará la atención la estupa Boudhanath. No solo es la más grande de Asia, también se trata de un lugar sagrado que tiene una belleza única y elementos distintivos como los ojos de Buda. Su llamativa forma de mandala está compuesta de varias partes que simbolizan el fuego, el agua y la tierra.

Otra cosa que llama la atención es que las banderas que cuelgan alrededor son símbolos de oración. La zona circundante también es espectacular, encontrándose en el barrio Bouddha que es conocido por sus colores, el bullicio del comercio y la variedad de monasterios tibetanos (gompas) donde se practican las tradiciones budistas.

En Katmandú abundan los templos y lugares sagrados, pero el verdadero foco es Durbar Squar, ubicada en la ciudad vecina de Patan a tan solo veinte minutos de distancia. Se considera un lugar histórico por la variedad de templos budistas e hindúes como el Templo de Krishna y la pagoda de Bhimsen.

Esta plaza también merece la pena para ver el Palacio Real de Patán y echarle un vistazo a la arquitectura Newari.

Los bailes nepalíes son otro imperdible durante tu paso por Katmandú, ya que se consideran una muestra de la riquez cultural. Por lo general, hay varios tipos de danzas representativas y las más famosas engloban danzas de los sadhus, danzas folclóricas y danzas religiosas. Mientras los bailarines siguen los ritmos puedes escuchar música en vivo con instrumentos tradicionales como el madal y el sarangi.

Además, los bailes suelen tener una temática o seguir una historia, como la escalada al Everest o cuentos de la mitología hindú o budista. Generalmente, las coreografías son dramáticas y expresivas y se utilizan trajes típicos espectaculares.

Aunque es más probable deleitarse con un espectáculo de danza durante festivales como Dashain o Tihar, también es posible experimentarlo durante una cena en un restaurante tradicional o en Shilpee Theatre.

El templo Swayambhunath es otro imprescindible y ofrece una experiencia inolvidable, ya que siempre está rodeado de monos, de allí que se conozca como el templo de los monos. Además, tiene la estupa más antigua de Nepal y su interior es fascinante por la variedad de monasterios y santuarios de oración.

En su interior puedes pedir bendiciones a los dioses o disfrutar de la energía sagrada. Se considera un lugar de peregrinaje porque muchas personas se acercan dispuestas a subir 365 escalones que llevan a su escondite, ya que está en una colina a 2500 metros sobre el nivel del mar.

En el Monasterio Namobuddha puedes convertirte en monje por un día y experimentar las tradiciones religiosas. Esto es posible debido a que puedes alojarte en sus instalaciones para realizar diferentes actividades de la vida monástica como meditar y orar.

Es ideal para desconectar de los problemas de la vida cotidiana y aprender sus cánticos, así como su estilo de vida sencillo y reservado. Esta visita es la excusa perfecta para echarle un vistazo a las colinas de Dhulikhel, participar en rituales tradicionales, practicar senderismo y explorar los sabores de la comida vegetariana nepalí.

Si te apetece ver la ciudad desde las alturas puedes subir al Skywalk Nepal. Es una torre de observación ideal para ver el atardecer y ver la ciudad como lo haría un pájaro. Puedes comprar la entrada directamente en la recepción y subir en un ascensor veloz hasta la plataforma de cristal para caminar sobre la Katmandú.

Estarás a 78 metros de altura y en días despejados puede que obtengas un vistazo del Himalaya. Además, es imposible ignorar que es un edificio diferente al resto de la arquitectura de Katmandú y es que este mirador se encuentra en una zona un poco más moderna.

Hay algo que no te puedes perder es el Parque Buda Amideva, cuyo aire antiguo y belleza es imposible de pasar por alto. Su principal atractivo son las estatuas amarillas de Buda y la variedad de jardines con Chortens (otro tipo de estructuras budistas). Es una excelente parada fotográfica y el escape perfecto del bullicio local.

Un plus, es que es posible que te topes con alguna ceremonia budista en el Monasterio Wochen Toyalin. Además, es muy popular dar un paseo en tuk tuk por Katmandú que suele pasar por el barrio mochilero de Thamel, llamado así por la afluencia de viajeros que viajan ligero con grandes mochilas, y cerrar con broche de oro en este parque.

Una vez que hayas completado todos los imprescindibles, eres libre de explorar los alrededores. Un safari viene bien para probar una actividad diferente como reservar una excursión de 3 días al Parque Nacional de Chitwan desde Katmandú.

En este parque te encontrarás con una faceta salvaje de Nepal y podrás explorar diversas actividades como paseos en canoa por el río Tapti o un safari en jeep para ver diferentes especies, como cocodrilos y leopardos. Además, es posible caminar por la jungla y pasar por el pueblo para interactuar con la etnia Tharu, incluso llegar a presenciar un espectáculo cultural.

Para disfrutar de un viaje agradable y sin complicaciones, debes organizarte de principio a fin. No solo se trata de construir el itinerario, también debes considerar los siguiente aspectos.

• Clima: la época más popular para visitar Katmandú es la primavera, ya que las temperaturas se mantienen más agradables y es fácil organizar diferentes tipos de actividades.
• Moneda: en Katmandú y otras ciudades de Nepal se paga con la rupia nepalí. Es importante hacer el cambio en casas de cambio confiables y comparar tarifas, pero solo necesitarás una pequeña cantidad de dinero en efectivo porque solo se suele utilizar en tiendas pequeñas o comercios callejeros.
• Seguridad: es una de las ciudades más seguras de Nepal. Sin embargo, es conveniente evitar ciertas zonas y las calles oscuras durante la noche. Recuerda que los semáforos no funcionan muy bien y el tráfico es algo caótico, así que ten cuidado al cruzar las calles.
• Transporte: las rutas del transporte público pueden ser un poco complicadas para turistas, aunque puedes ir preguntando sobre la marcha. Lo más cómodo es moverse en tuk tuk y taxis, pero para ambos debes acordar un precio antes de subir, ya que no se usan los taxímetros.
• Equipaje: lleva equipaje ligero porque sus calles son incómodas para cargar con maletas grandes. Además, lleva zapatos cómodos y adecuados para caminar grandes distancias. Al visitar templos y otros lugares religiosos debes llevar ropa que tape los codos y rodillas.