10 Consejos para visitar Auschwitz desde Cracovia

La visita al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau es sin duda una de las más interesantes que harás durante tu viaje. Aprenderás una parte de la historia desde un punto de vista totalmente nuevo: cómo era la vida en los campos de trabajo donde miles de judíos perdieron la vida.

Puede que el recorrido no sea del todo agradable, pero cuando llegues allí te darás cuenta de que todo está conservado con un respeto extremo a las víctimas. Si quieres que nada empañe tu excursión, te dejo estos consejos a seguir:

Por desgracia, Auschwitz-Birkenau es un lugar desolador, con mucho contexto histórico y demasiadas historias detrás. Su primer campo, Auschwitz I, está muy bien conservado y hay barracones transformados en salas de exposición-museo muy explicativas y bien contextualizadas, pero Auschwitz II es prácticamente un descampado.

Para comprender bien lo que estás viendo, entender cómo era la vida en el día a día de las víctimas que tuvieron que pasar por aquí y sobre todo, para profundizar en un capítulo de la historia que, a día de hoy, todavía nos parece ciencia ficción, ir acompañado de un guía experto es esencial.

A lo largo de todo el recorrido os irá ayudando a situaros, explicando en qué consiste cada zona del lugar y cómo era la vida cotidiana en estos campos de trabajo-exterminio. En mi opinión, merece 100% la pena unirse a una excursión a Auschwitz desde Cracovia para sacarle el máximo partido a la visita.

Como siempre cuando se viaja, lo mejor es consultar previamente la previsión del tiempo, pero en Auschwitz esto cobra especial sentido. Durante gran parte del recorrido estarás a la intemperie, sin techos bajo los que protegerte si llueve y por supuesto, expuesto a las bajas temperaturas en invierno (puede que incluso el campo esté nevado).

Si a esto le sumas que la segunda parte de la visita tiene lugar en el segundo campo, que es prácticamente un descampado, llevar calzado cómodo es esencial, así como abrigarse bien si la previsión marca bajas temperaturas. La sensación de frío allí en medio es bastante aguda.

Lo más normal es que durante las horas de la visita se te cierre el estómago. Personalmente, no recomiendo comer cerca del campo, sino esperar a la vuelta a la ciudad para comer tranquilamente después de haber procesado toda la información de la visita.

Si aun así quieres ir prevenido por si te entra el gusanillo, siempre puedes llevar unos snacks en la mochila para comerlos durante el camino de ida o de vuelta. En el acceso a Auschwitz hay un kiosco para los visitantes donde podréis conseguir algunos sándwiches, snacks o refrescos, pero tampoco lo recomiendo demasiado.

Cerca del museo, en el pueblo de Oświęcim, hay algún restaurante en el que podéis probar suerte si habéis decidido hacer la excursión por vuestra cuenta (eso sí, no os arriesguéis a coger el último bus de vuelta para no perderlo).

Lo percibirás nada más entrar, pero en Auschwitz se respira respeto, pesar y un ambiente bastante tenso. No es el mejor lugar para tomar fotos artísticas posando, piensa que gran parte de lo que vas a ver allí son lugares donde fueron torturadas y perdieron la vida muchas personas y a lo largo del recorrido irás viendo sus fotografías, ropa, pertenencias...

Se pueden tomar fotos en prácticamente todos los lugares (sobre todo las partes de la visita que tienen lugar al aire libre) pero mi consejo es que lo hagas siempre desde el respeto.

Personalmente, no recomiendo hacer esta excursión con niños muy pequeños, aunque, por supuesto esto forma parte de la historia de la humanidad y en algún momento se enfrentarán a la realidad y lo estudiarán en el colegio. Pero si son todavía muy pequeños o son especialmente sensibles, ten en cuenta que la visita profundiza bastante en los detalles.

A lo largo del recorrido pasaréis por las cámaras de gas y os explicarán cómo miles de personas llegaron hasta aquí hacinadas en vagones de tren para ser exterminadas. Si para los adultos resulta incomprensible y doloroso, puede que a un niño le genere un malestar innecesario que podría empañar su recuerdo del viaje.

Aun así, si decides lanzarte a hacer la visita, intenta no detenerte en los detalles o salas más escabrosas, poner a tu hijo/a en contexto antes de ir y explicarle lo que sucedió de la manera menos dramática posible. Si vas con un carrito de bebé, podrás acceder a prácticamente todo el campo excepto a salas más pequeñas de tamaño reducido, donde el carrito tendrá que quedarse fuera por motivos de espacio.

Aunque a priori no te apetezca ver un documental porque prefieres pasar a explorar directamente los lugares reales del campo, te aseguro que merece la pena. Es muy breve (dura unos 15 minutos) y te pondrá en contexto de todo lo que vas a ver a continuación.

Es una introducción breve pero contiene imágenes reales del campo y sus presos, su manera de vivir, un resumen de la historia de la formación del campo... en definitiva, muy recomendable.

La visita se realiza a pie a lo largo de las varias hectáreas de Auschwitz I y II, así que cuanto menos peso lleves, mejor. En la entrada hay taquillas donde puedes dejar tus pertenencias, pero si llevas algo de equipaje muy voluminoso, corres el riesgo de que no quepa y por lo tanto, no puedas realizar tu visita.

Deja todo el equipaje grande en el hotel y llega hasta aquí con lo justo: un bolso de mano o una mochilita pequeña. Si necesitas un lugar donde dejar el equipaje porque ya has hecho el check-out en tu alojamiento, mejor consulta si puedes dejarlo en la recepción del hotel o en algún depósito de maletas en el centro de la ciudad o la estación de tren de Cracovia.

Si has descartado la opción de unirte a una visita guiada y prefieres comprar las entradas para Auschwitz y hacer la visita por tu cuenta, tendrás que preparar tu desplazamiento desde Cracovia.

Pese a que viajar en tren suele ser muy cómodo, en este caso el bus realiza un trayecto más directo (y por lo tanto más corto). El primer bus sale a partir de las 6:20 de la mañana y dura poco más de una hora, dejándote mucho más cerca del campo de concentración que el propio tren (la estación de tren está a unos dos kilómetros de la entrada a Auschwitz.

Si necesitas saber más detalles para planificar tu llegada, te recomiendo mi artículo sobre cómo llegar a Auschwitz.

Por motivos de seguridad, para acceder al campo de concentración necesitarás ir documentado, así que no olvides llevar un carnet de identidad o pasaporte válido con tu foto. Sin esto, me temo que no te autorizarán la entrada a Auschwitz, ¡recuérdalo!

Pese a que el campo de concentración no está demasiado lejos de Cracovia y se llega en poco más de una hora, la visita dentro de las instalaciones puede llegar a durar entre dos y tres horas.

Si a esto le sumas el trayecto de ida y vuelta y los tiempos de espera del transporte público, necesitarás fácilmente medio día para la visita completa. Ten en cuenta esto para planificar el resto de tu día en Cracovia, calcular dónde y cuándo podrás comer, qué otras visitas puedes realizar el mismo día, etc.

Puedes dar un vistazo a mi artículo sobre Cuánto duran los tours de Auschwitz si quieres tener más detalles para organizar tu jornada.