Berlín en 7 días: conoce cada rincón de la ciudad
Tener 7 días para visitar Berlín puede considerarse un auténtico lujo. Es posible que muchos piensen que es demasiado tiempo, pero si se quiere ver la capital alemana con tranquilidad y aprovechar para hacer alguna excursión se trata de una estancia perfecta.
Cuando estés preparando tu viaje te darás cuenta que hay muchas más cosas que ver en Berlín que los restos del muro y la puerta de Brandeburgo. La ciudad es la mayor de Alemania y, lo más importante, atesora tanta historia que prácticamente cada rincón ofrece algo interesante. Además, se trata de una urbe con un ambiente diferente que se refleja en varios de sus barrios.
Solo la visita a la Isla de los Museos podría durar varios días, aunque normalmente se le dedica media jornada. Sus barrios más alternativos merecen también recorrerlos con tranquilidad y, si eso fuera poco, cerca se encuentra una ciudad tan interesante y digna de ver como Potsdam. Todo ello está incluido en este itinerario para 7 días, pero ya sabes que siempre debes tener flexibilidad por si te apetece cambiar algo sobre la marcha.
Día 1: Introducción a la ciudad y recorrido por el Mitte histórico
Cuando se llega a una ciudad nueva siempre hay un primer momento de cierto desconcierto. Normalmente, se necesita un tiempo para hacerse con ella y conocer sus trucos. Para ello puede ser una gran idea hacer un pequeño tour guiado por Berlín o aprovechar el bus turístico.
El resto de la jornada lo vas a ocupar con un recorrido por el llamado Mitte Histórico. En esta zona hay muchos lugares que ver, pero al estar todos muy cerca es sencillo llegar a pie a cada uno de ellos.
Empieza el viaje con un recorrido en un bus turístico
Para empezar a conocer la ciudad se puede optar por contratar algún pequeño tour guiado o subirte a alguno de los buses turísticos que recorren Berlín. En este caso te recomiendo comenzar con esta segunda opción.
Dado que hay varios tipos de recorridos en autobús, lo mejor es que optes por alguno que pase por los lugares más representativos, como el Checkpoint Charlie, la puerta de Brandeburgo o el Reichstag.
Obviamente, después tendrás la oportunidad de visitarlo todos con más tranquilidad y a pie, pero el bus turístico te va a servir como una estupenda primera toma de contacto con la historia de la ciudad.
Conoce el Reichstag y sube a su cúpula
Para comenzar el recorrido por el Mitte histórico, justo en el centro de Berlín, pocos lugares más representativos que el Reichstag. El edificio data de 1894, cuando fue construido para servir de sede al Parlamento alemán en la época imperial.
Existen pocos lugares que hayan vivido tanta historia en Europa como este edificio: desde el final de la monarquía alemana al incendio de 1933 que fue usado como excusa por los nazis declara la dictadura.
El mejor lugar para contemplar su estupenda fachada neo-renacentista en la pradera situada frente a la misma. Cuando termines, prepárate para subir a su azotea y a disfrutar de unas fabulosas vistas desde su cúpula de cristal.
Subir a la cúpula es gratis, pero requiere entrar en la página web para realizar una reserva previa. En este artículo sobre las entradas al Reichstag tienes toda la información que necesitas.
Admira la Puerta de Brandeburgo y la Pariser Platz
Al lado del Reichstag vas a encontrar uno de los símbolos de Berlín: la puerta de Brandeburgo. En su momento, cuando fue construida en la época de Guillermo II de Prusia, era una de las 18 puertas por las que se entraba a Berlín.
Durante la partición de la ciudad con el muro, esta puerta quedó en tierra de nadie, pero después se convirtió en un emblema de la reunificación.
La plaza que se encuentra al pie de la puerta, la Pariser Platz, era el lugar elegido por la burguesía para celebrar sus fiestas. Reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial, si vas a Berlín en Navidad verás como la zona se llena con miles de personas celebrando la llegada del nuevo año.
El Monumento al Holocausto: un lugar para meditar
Desde la Puerta de Brandeburgo solo hay que caminar unos minutos rodeando el hotel Adlon para llegar a uno de los lugares más significativos de Berlín: el Monumento al Holocausto. Dedicado a los judíos asesinados durante la época nazi, se trata de una especie de laberinto creado por bloques de hormigón de diferentes alturas.
Si acudes a este lugar, te ruego que mantengas un comportamiento respetuoso, ya que en los últimos años han proliferado algunas actitudes poco acordes al triste significado del lugar.
Los que quieran ahondar más en la historia, bajo el monumento hay una exposición subterránea en la que se explica la persecución que padecieron los judíos.
Recorre con calma Friedrichstrasse
En la zona oriental del Mitte se encuentra Friedrichstrasse, una avenida que corre en perpendicular a Unter der Linden. Buena parte de los edificios que vas a ver son relativamente nuevos, ya que la zona quedó destruida por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Hoy en día, la calle alberga numerosas tiendas y centros comerciales, por lo que es un lugar ideal si quieres detenerte a comprar algo.
Gendarmenmarkt, una de las plazas más bellas de Berlín
No es posible visitar el Mitte histórico sin realizar una parada en esta plaza. Como indica su nombre, Gendarmenmarkt (Mercado de los Gendarmes), en su origen fue el lugar en el que se refugió un regimiento prusiano de hugonotes que huyó de Francia hacia Berlín, los llamados Gens d'armes
En la plaza vas a poder ver la Konzerthaus, una preciosa sala de conciertos de 1821. Igualmente, no debes perderte la visita a las dos iglesias gemelas que allí se encuentran: la Französicher Dom y la Deutscher Dom.
El lugar en el que se quemaban los libros: Bebelplatz
Muy cerca de la anterior vas a encontrar otra plaza que, además de por sus edificios, destaca por su papel en la historia del siglo XX.
En la Bebelplatz se encuentran cuatro extraordinarios ejemplos de la arquitectura de la ciudad. Seguro que tanto la Ópera Estatal como la catedral de St. Hedwigs, la Antigua Biblioteca Real y la actual sede de la Humboldt Universitat te van a resultar impresionantes.
Sin embargo, la plaza se hizo más famosa por ser el lugar elegido por los nazis, en concreto por su Liga de Estudiantes, para realizar la primera quema de libros supuestamente subversivos en 1933.
Día 2: Isla de los Museos, Unter den Linden y el jardín de Tiergarten
El segundo día de viaje lo comenzarás visitando la isla de los Museos. Ten en cuenta que solo una mañana es poco tiempo para verlo todo, pero en los viajes siempre es necesario hacer algunas elecciones.
Así, si eres amante del arte, siempre puedes alargar tu visita o volver en cualquier otro momento para terminarla.
Sumérgete en el arte de la isla de los Museos
Cuando termines con los museos te aconsejo que te dirijas a esta gran avenida. Puede ser también un estupendo lugar para comer algo.
La historia de Unter den Linden comenzó en el siglo XVI, cuando el rey Juan Jorge I decidió crear un camino que uniera su palacio hasta Tiergarten, entonces un coto de caza.
En la actualidad, la renovada avenida (ya que fue severamente dañada en la guerra) cuenta con varios importantes edificios y monumentos. Entre los que no debes perderte en tu paseo se encuentran el museo de Historia Alemán, la estatua de Federico II el Grande o el edificio de la Nueva Guardia.
Disfruta de la naturaleza de Tiergarten
El último punto del recorrido de una jornada marcada por los museos va a ser Tiergarten, un gran parque de unos 3 kilómetros. En su interior hay muchos posibles recorridos, terrazas y algún Biergarten perfecto para descansar mientras tomas una cerveza si has ido a Berlín en verano.
El camino principal del parque es la calle del 17 de junio, famosa por ser usada por Hitler para sus desfiles militares. Sin embargo, los senderos que salen de ellas son mucho más interesantes y, además, vas a encontrar atractivos como los siguientes:
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Monumento a los gitanos: este monumento homenajea a los muchas veces olvidados miles de gitanos asesinados por los nazis.
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Monumento soviético: muy cerca del anterior, este monumento recuerda a los soldados soviéticos que lucharon contra los nazis. Bajo sus columnas se encuentran los restos de 2000 de estos soldados que murieron liberando Berlín.
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Columna de la Victoria
(Siegessäule): otro de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. -
Palacio Bellevue: se trata de un interesante palacio que se encuentra en el interior del parque.
Cena algo en el Tiergartenquelle
Este local es un pequeño secreto de la ciudad para comer buena comida alemana. Se trata de una taberna con una decoración bastante rústica, con platos tradicionales como el codillo de cerdo o el Berliner Bouletten (un tipo de hamburguesas).
Está situado bajo la estación de S-Bahn Tiergarten y realmente vale la pena acompañar la cena con una jarra de cerveza.
Día 3: El Berlín alternativo y multicultural
Si has decidido pasar unos días en Berlín posiblemente ya conozcas la fama que algunos de los barrios de Berlín gozan como lugares en los que florecieron estilos de vida alternativos.
Las zonas más relevantes en este sentido son Kreuzberg, Kulturforum y, en menor medida, Postdamer Platz. Para visitarlas puedes hacerlo por tu cuenta o combinar los paseos con algún tour en bicicleta por Berlín dedicado precisamente al Berlín alternativo, multicultural y modernista.
La modernidad de Potsdamer Platz
En realidad, este nombre designa a todo un barrio y no solo a una plaza. Tras ser destruida en la Segunda Guerra Mundial y dividida después por el muro, la zona dio un cambio total con la reunificación.
En esa reconstrucción participaron algunos de los arquitectos más conocidos de la época, algo que se deja notar en sus estupendos edificios.
Curiosea por el Bulevar de las estrellas
Saliendo de Postdamer Platz en dirección al Kulturforum vas a poder ver el Boulevard der Stars, un paseo de la fama al estilo del que hay en Hollywood.
Aunque se encuentra cerca de donde se celebra el Festival de Cine de Berlín, las estrellas que jalonan el paseo están dedicadas a los principales actores y cineastas alemanes. Si eres amante del cine puedes pasar un buen rato intentando descubrir sus nombres.
Además, en este paseo están instaladas una serie de cámaras para que, mirando por sus lentes, pueden ver hologramas de los actores que aparecen en las estrellas.
Los museos de Kulturforum
En los años 50 del siglo pasado, la República Federal de Alemania ordenó construir una serie de edificios para albergar instituciones culturales que se habían quedado en el lado oriental tras la construcción del muro, como fue el caso de la isla de los Museos.
El resultado fue el Kulturforum, que aún hoy en día sigue albergando museos para todos los gustos, incluidos algunos de los mejores museos de Berlín (con permiso de los de la isla, claro). Si te apetece, puedes elegir entre los siguientes:
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Neue Nationalgalerie (Nueva Galería Nacional): dedicada al arte moderno.
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Gemäldegalerie: alberga obras pictóricas europeas de todos los tiempos.
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Kunstgewerbemuseum: Museo de Artes y Oficios.
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Filarmónica de Berlín.
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Biblioteca Nacional.
Kreuzberg y su vida urbana
Sin lugar a dudas, el punto fuerte de esta jornada es la visita al barrio de Kreuzberg, también llamado el barrio turco de Berlín.
En este barrio nació el movimiento okupa de la ciudad en los años 60 y 70 del siglo XX. El ambiente tras la caída del muro ha cambiado mucho, pero ha mantenido su esencia multicultural y reivindicativa.
En la zona oeste vas a encontrar un gran número de cafeterías y tiendas con cierto aire hipster, mientras que la zona este concentra a buena parte de la población de origen turco de la ciudad. Esto se deja notar en la cantidad de locales de kebabs (de gran calidad) que vas a encontrar.
Una actividad que puede gustarte es seguir la llamada ruta de los grafitis. No pienses que se trata de simples pintadas que ensucian las calles. Al contrario, muchos de ellos son auténticas obras de arte protegidas por el ayuntamiento.
Conoce la parte oscura de la humanidad en la Topografía del Terror
Todavía en el barrio de Kreuzberg vas a encontrar uno de los esos lugares que sería mejor que no existiesen: el llamado Topografía del Terror.
Este museo es uno de los más visitados de la ciudad y está ubicado en el antiguo Cuartel General de la Gestapo, la siniestra policía secreta nazi. Ya puedes imaginar que en su interior vas a poder descubrir las tácticas empleadas por este cuerpo represor, así como saber quienes fueron sus líderes y su historia.
Entra en el Museo Judío
Muy cerca del anterior se encuentra otro interesante museo, esta vez dedicado a una comunidad que fue víctima de la Gestapo y de los nazis: los judíos.
El museo relata la historia de este pueblo desde sus miembros llegaron a Berlín en la Edad Media. Obviamente, no pueden faltar los testimonios de las deportaciones y del Holocausto a manos de los nazis.
Noche en Kreuzberg
Kreuzberg es también conocido por ser uno de los barrios con más ambiente nocturno de la ciudad. Se trata, por lo tanto, del mejor sitio para buscar donde cenar y, si te apetece, tomar una copa y disfrutar de la noche berlinesa.
En el barrio vas a encontrar locales de todo tipo, desde discotecas en las que suena tecno a cafeterías en las que sentarse más tranquilo, sin dejar de lado alguna terraza al aire libre perfecta si hace buen tiempo.
Día 4: De la conocida Alexanderplatz a la oculta Nikolaiviertel
Esta jornada va a comenzar por una de las áreas más conocidas y populares de Berlín, Alexanderplatz, para continuar por otra igual de interesante pero mucho más ignorada por la mayoría de los visitantes. Así, tu viaje no se quedará tan solo en las zonas más turistas, sino que se adentrará por otros barrios interesantes de la ciudad.
La plaza más famosa de la ciudad: Alexanderplatz
Como muchas otras zonas de la ciudad, esta parte quedó destrozada tras la II Guerra Mundial. Al reconstruirla, la Alemania del Este eligió darle a Alexanderplatz un estilo basado en el modernismo soviético, algo que aún se deja notar en sus edificios.
Si te bajas en la estación de Alexanderplatz, lo primero que vas a ver es un enorme reloj, construido en 1969. Con el tiempo, se ha convertido en uno de los típicos lugares en el que quedan los berlineses.
Sube, si no tienes vértigo, a la Torre de la Televisión (Fernsehturm)
Si hay algo bien visible en la plaza, eso es la enorme Torre de la Televisión. Como curiosidad, su silueta está inspirada en el primer cohete espacial soviético, el Sputnik.
Su altura alcanza los 250 metros y cuenta con una antena de 118 metros. A 203 metros se encuentra una esfera con un mirador al que se puede subir. Si no hace mal tiempo, vas a tener una perspectiva de 360º de toda la ciudad.
Visita la iglesia de St. Marienkirche
Siguiendo en el recorrido, el siguiente punto que ver será la Iglesia de Santa María, una de las más antiguas de toda la ciudad.
Mientras su interior está considerado como uno de los mejores ejemplos del gótico báltico en todo el mundo, su interior destaca por un estupendo fresco que muestra la danza de la muerte. No te pierdas tampoco su bello púlpito hecho con alabastro.
Neptunbrunnen y Ayuntamiento de Berlín
Los siguientes puntos de interés son la fuente de Neptuno (Neptunbrunnen) y el cercano ayuntamiento de la ciudad.
La primera merece realmente estar un rato contemplando los detalles que la adornan. La estatua principal representa, claro está, al dios del mar, Neptuno. Su figura está rodeada por cuatro mujeres que simbolizan a los principales ríos del país: Rin, Óder, Vístula y Elba.
El ayuntamiento, por su parte, muestra una interesante e infrecuente mezcla entre el renacimiento italiano y la arquitectura propia del norte de Alemania. A pesar de que no es posible entrar, sí vale la pena descubrir la representación de varios acontecimientos históricos que se encuentran en el friso de terracota.
Adéntrate en el barrio más antiguo de la ciudad: Nikolaikirche
El mejor lugar para comenzar la visita a este barrio es la iglesia que le da nombre, la de San Nicolás. Su construcción tuvo lugar en el año 1230 y hoy alberga un museo en el que se expone su historia y la de todo el barrio.
Tras dejar atrás esta iglesia, puedes dedicar algo de tiempo a entrar en alguno de los museos cercanos, como el palacio Ephraim (con exposiciones sobre el arte de la ciudad) o el interesante museo Zille, en el que se puede ver la obra del llamado cronista de los patios berlineses, Heinrich Zille.
Si estás un poco cansado de ver museos, otra buena opción es seguir paseando hasta llegar al río Spree. Allí vas a encontrar una de las plazas más bonitas de toda la zona, presidida por una estatua que muestra a San Jorge matando al dragón.
Admira los edificios de Molkenmarkt
Una vez llegues a la la plaza Molkenmarkt vas a poder ver dos interesantes edificios. El primero es la antigua Casa de la Moneda, el Alte Münze, actualmente un centro de eventos. Frente a este se encuentra el antiguo ayuntamiento, con una torre de 87 metros coronada por una estatua de la diosa fortuna.
Para terminar el paseo por el barrio puedes hacer una pequeña parada en Franziskaner-Klosterkirch, las ruinas de un antiguo convento franciscano. Si tienes suerte, es posible que te encuentres con alguno de los conciertos que suelen organizarse en la zona.
Si aún no está cansado, puedes dar un paseo de unos 20 minutos hasta la Puerta de Brandeburgo para ver su estupenda iluminación y cenar algo por la zona.
Día 5: Excursión a Potsdam
Cerca de Berlín, a apenas 30 kilómetros, se encuentra la bella ciudad de Postdam. Para este día te recomiendo hacer una excursión para pasar el día conociendo todos sus atractivos.
Para llegar a Postdam desde Berlín puedes perfectamente utilizar el tren. Este transporte está incluido en la tarjeta turística Berlin Welcome Card , pero si no tienes la tarjeta el precio no supera los 4 € por trayecto.
Nauener Tor
Se trata de una de las antiguas puertas por las que se entraba en Postdam. Datada en 1755, estaba unida a las otras dos puertas por una muralla de la que hoy apenas quedan restos.
Barrio holandés
El nombre de esta popular zona proviene de las casas de ladrillo rojo de estilo holandés que allí se encuentran. Estas fueron construidas por artesanos provenientes de Países Bajos durante el reinado de Federico Guillermo I de Prusia.
La zona está repleta de cafeterías, restaurantes y tiendas, por lo que suele estar siempre muy transitada.
En este barrio también vas a encontrar la iglesia de San Pedro y San Pablo, muy cerca de una casa en la que residió Mozart y que podéis visitar.
El siguiente punto a visitar es la plaza del Mercado Viejo, la más importante de la parte antigua de Potsdam. Paseando por ella vas a poder ver edificios tan interesantes como el palacio Barberini
o la iglesia luterana de San Nicolás.
Palacio de Sanssouci
Sin duda, este palacio es la estrella de cualquier visita a Postdam. Si no entras, al menos sus grandes jardines merecen ser recorridos con cierta calma.
Con un estilo rococó y con una impresionante decoración interior, si os apetece podéis entrar a visitarlo y sentiros como Federico II de Prusia, que utilizaba el palacio como residencia de verano.
Otros lugares interesantes
Además del palacio Sanssouci y sus bellos jardines y el barrio holandés, tampoco te debes perder otros lugares como el barrio ruso y la catedral.
Te aconsejo también que te alejes del casco histórico para ver sitios tan interesantes como el palacio Cecilienhof (donde se celebró la Conferencia de Postdam) y el puente de los espías, famoso por ser donde ambos bandos intercambiaban a los espías que habían capturado durante la Guerra Fría.
Día 6: Un pequeño crucero, el muro de Berlín y los restos de la RDA
Este sexto día, penúltimo del viaje, va a comenzar con una relajante actividad: un pequeño crucero de una hora de duración.
Después, he preparado un itinerario para recordar algunos de los hitos de Berlín durante la Guerra Fría, comenzando por contemplar los restos del famoso muro que dividió en dos la capital alemana, el país y toda Europa durante varias décadas.
Crucero por el Spree
Después de haber pasado todo el día anterior visitando Postdam, no hay mejor manera de comenzar este día que realizando un pequeño recorrido por el río Spree a bordo de un barco.
Durante aproximadamente una hora vas a poder tener una nueva perspectiva de algunos de los principales monumentos de la ciudad de manera relajada y cómoda.
El arte en el muro: East Side Gallery
Una vez te bajes del barco tendrás que poner rumbo a uno de los sitios más imprescindibles de la capital alemana, el East Side Gallery. Aquí, tras la caída del Muro de Berlín, se creó una auténtica obra de arte con el fin de que lo ocurrido nunca se olvidara.
Un gran número de artistas procedieron a decorar algunos restos del muro con más de 100 pinturas. Más allá del valor artístico, con esto pretendían dejar constancia de los sentimientos que se vivieron en esos días.
Estos grafitis convirtieron a este tramo del muro, de más de 1 kilómetro de longitud, en el más conocido y visitado de todos los que quedan.
Vive una película de espías en el Checkpoint Charlie
Situado en Friedrichstrasse, el Checkpoint Charlie fue durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial el paso fronterizo más famoso entre el sector estadounidense y el soviético.
La historia que acumula este lugar es casi inabarcable, algo que ha reflejado el cine en multitud de ocasiones. Tras el derribo del muro, el puesto fronterizo fue demolido, pero en el año 2000 se construyó una reproducción del primero que hubo en la ciudad.
Tränenpalast, el “palacio de las lágrimas”
La siguiente parada del itinerario es otro antiguo puesto fronterizo entre Berlín Este y Berlín Oeste. En esta caso se trata del Tränenpalast, situado junto a la estación de Friedrichstrasse.
El nombre de este lugar puede traducirse como “palacio de las lágrimas” y hace referencia a las que soltaban los alemanes del oeste cuando regresaban a casa tras visitar a sus parientes del este.
En el interior de este lugar hay una interesante exposición que no deberías perderte si estás interesado en la historia. En ella se pueden ver algunos objetos originales que se encontraban en el puesto fronterizo, además de recreaciones de las instalaciones en las que se llevaban a cabo los procesos administrativos y policiales para cruzar la frontera.
Memorial del Muro de Berlín
El mejor lugar, con permiso de la East Side Gallery, para descubrir lo que supuso el Muro de Berlín es este memorial de casi un kilómetro y medio de largo.
En las instalaciones, situadas al aire libre, se puede aprender cómo se construían todos los pasos fronterizos y en su fantástica exposición gráfica (dentro del Centro de Documentación) se puede ver la historia del propio muro y cómo vivió la ciudad durante esas décadas.
Un mercadillo en la antigua franja de la muerte: Mauerpark y Flohmarkt im Mauerpark
Posiblemente, solo una ciudad como Berlín sea capaz de mostrar dos caras tan diferentes de un mismo lugar.
Mauerpark (Parque del muro) es donde termina el Memorial y, durante el tiempo que la capital alemana estuvo dividida, formaba parte del tramo llamado franja de la muerte por la cantidad de asesinados en la zona cuando intentaban escapar al oeste.
Sin embargo, si vais un domingo os vais a encontrar lo que es una auténtica muestra de la vida actual de la ciudad: el Flohmarkt im Mauerpark. Se trata de uno de los mercadillos más populares de Berlín, con puestos acompañados de música callejera y varias cervecerías.
No te pierdas el museo de la RDA
Otra visita interesante para los aficionados a la historia es el museo de la RDA (la República Democrática Alemana). Aunque no es demasiado grande, te recomiendo sin duda visitarlo.
La exposición muestra un gran número de objetos de uso cotidiano en la Alemania comunista, desde medicamentos a artículos de moda, pasando por uno de los coches típicos del país o la reproducción de una casa.
Karl-Marx Allee: la gran avenida del este
Antes de buscar un lugar para cenar, no puedes dejar de dar una vuelta por Karl Marx Allee, una imponente avenida de 90 metros de ancho que une Alexanderplatz con Frankfurter Tor.
Esta enorme arteria fue levantada en el Berlín este en la década de los 60 del sigo pasado. En ella vas a encontrar algunos de los ejemplos más representativos de la arquitectura de la Alemania oriental.
Las viviendas fueron destinadas a miembros prominentes del partido y la calle fue el escenario elegido para una gran cantidad de desfiles militares.
Día 7: Tour por el subsuelo de Berlín y punto final en Charlottenburg
El subsuelo de Berlín, como ocurre en muchas grandes ciudades, esconde interesantes secretos que merecen una visita. Para que se pudieran conocer, hace años se creó la asociación Berliner Unterwelten, que organiza varios interesantes tours subterráneos para todo tipo de gustos.
En este caso, te propongo hacer uno sobre los búnkeres nucleares de la ciudad, pero si miras en su página web vas a encontrar más opciones.
La oficina de la asociación está junto a la estación de metro de Gesundbrunnen y es el lugar desde donde parten casi todos los tours.
Por otra parte, la jornada y el viaje vas a terminar con un recorrido por una de las zonas de Berlín más interesantes, Charlottenburg.
Búnkeres nucleares de la Guerra Fría
Este tour muestra como la RFA (República Federal Alemana) se preparó para una posible guerra nuclear durante los años de la Guerra Fría.
Durante el recorrido vas a visitar dos refugios originalmente construidos durante la Segunda Guerra Mundial, pero que tras la partición de la ciudad fueron reconvertidos para dar refugio a los afectados de una hipotética conflagración atómica.
Lo más curioso es que uno de esos búnkeres está todavía operativo y que podría acoger a algo más de 3000 personas si fuera necesario. El refugio cuenta con un sistema para abastecerse de agua, un control de acceso y un generador eléctrico de emergencia.
Conoce una de las joyas del oeste: el palacio de Charlottenburg
Muchas veces, los visitantes de Berlín se centran en la parte este de la ciudad. Aunque es cierto que es la zona con más atractivos, el oeste también presenta algunos puntos interesantes.
Para terminar el viaje es buena idea acercarse al barrio de Charlottenburg, uno de los más exclusivos de la ciudad. Muchos de los antiguos palacetes han sido convertidos en museos o galerías de arte y sus avenidas están repletas de tiendas, algunas de marcas de lujo.
Sin duda, el palacio de Charlottenburg es uno de los lugares que no puedes perderte si te acercas a este barrio. Si has estado en París, reconocerás la clara influencia de Versalles en su construcción, aunque también vas a ver otros estilos en las partes que fueron añadidas durante su historia.
Si no te apetece visitar el interior, sí te recomiendo que entres al menos en los jardines para pasear un buen rato por ellos.
Las joyas escondidas en el Museo Berggruen
Casi enfrente del palacio vas a encontrar un par de preciosos edificios gemelos construidos en el siglo XIX. En su origen, ambos sirvieron como cuartel del Cuerpo de Guardias del Palacio y hoy en día son la sede de sendos museos.
Si duda, el más interesante es el museo Berggruen, dentro del edificio Stüler Oeste. Sorprende el poco reconocimiento que existe de su colección, ya que alberga obras de grandes pintores como Picasso, Paul Klee o Matisse.
El otro edificio, el Sammlung Scharf-Gerstenberg, está totalmente dedicado al arte surrealista. Dependiendo de tus gustos puede visitar los dos (existe una entrada combinada) o tan solo uno de ellos.
Bulevar Kurfürstendamm
Los 3 kilómetros de largo de esta concurrida avenida están repletos de tiendas de todo tipo, aunque sobresalen las de lujo. En su día, la artería era utilizada para ir desde la ciudad al bosque de Grunewald, coto de caza de la nobleza. Más adelante, en el siglo XIX, pretendieron hacer de ella una especie de Campos Elíseos.
Además de pasear por ella y detenerte a tomar algo, en Kurfürstendamm vas a encontrar las más exclusivas boutiques, aunque si quieres comprar algún recuerdo también vas a poder hacerlo sin problemas.